Opinión

El oro de San Juan

Tomás Aquino MéndezSanto Domingo

Es cierto. Como dice un amigo, no se puede dejar el oro bajo tierra, solo por “preservar tres culebras, dos pericos”. Creo que la naturaleza y sus riquezas, deben servir para hacer más llevadera la vida en el plantea.

He visto algunos funcionarios del sector minero defender la posible explotación del oro de San Juan. Dicen que será para “mejorar” la vida de los más necesitados. Pero, más que palabras hay que ver los hechos.

La explotación de nuestras minas, hasta ahora, ha cambiado “muy poco” la vida de los habitantes de esas comunidades. Tampoco se ha cumplido con renovar el pasivo ambiental que deja esa labor minera. La realidad es que se reducen los bosques, la flora, la fauna y la vida humana. Cotui con el oro, Monseñor Nouel con el níquel, Barahona con el ámbar son solo tres ejemplos de que la riqueza salida de las entrañas de la tierra no han mejorado la vida de los pobladores.

El debate se aviva por el proyecto presentado por el senador Felix Bautista, que busca crear la Reserva Natural Romero, para evitar la explotación de esa zona. Además, se quiere preservar fuentes acuíferas, la biodiversidad, la integración del paisaje y el ecosistema contenido en un área de 5,000 hectáreas.

El debate está en la mesa. De un lado los que desean piden se extraiga el oro de San Juan “lo más rápido posible” y los que quieren se preserve el valle de San Juan donde se produce el 15% del arroz; el 60% de las habichuelas; el 80% de las semillas y el 47% del gandul que consume cada año el país. El tema debe ser ponderado. La verdad debe prevalecer. Mis “Expresiones” solo quieren que: El oro no elimine la vida.

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