Opinión

Las relaciones de Abbes con la CIA detuvieron su cancelación

En el texto que cita a Abbes, Balaguer ofrece datos al poeta y escritor Cándido Gerón, que no pueden pasar desapercibidos por la conexión que tienen en relación con la Agencia Central de Inteligencia norteamericana. Refiriéndose a la decisión de cancelar su nombramiento en Japón como Cónsul, en el mismo momento en que cruzaba el señor Abbes por Estados Unidos hacia Tokio, Balaguer asegura lo siguiente: “Ante la situación, Johnny Abbes, llamó al agente de la CIA, Irving Grunning, experto marinero y telegrafista que en ese momento había sido trasladado de la isla de Swan, en las Antillas menores, y designado jefe de la estación de la CIA en El Salvador”. Balaguer abunda en la información y dice que Abbes, había hecho contacto con Grunning en el año 1957 cuando hacía los preparativos para asesinar por instrucciones de Trujillo, al presidente de Guatemala, Carlos Castillo Armas. Utilizó el término “supuestamente”, porque según Balaguer, no hay confirmación certera de que Trujillo, fuese el autor intelectual. “Lo que sí se sabe -comenta Balaguer- es que Grunning dirigía una estación de radio en la isla Swan y desde la misma, escuchaba los despachos de prensa de las emisoras de radio de República Dominicana y Cuba. Y lo que escuchaba lo transformaba en informes y enviaba a la CIA”. Hay varias revelaciones en este texto que deben ser abordadas. Balaguer confirma que Abbes tenía relaciones con la CIA, homologa el dato de que Grunning, era agente de la CIA, y que esos vínculos de Abbes y la CIA, estaban vigentes desde 1957, cuando ocurrió el asesinato de Castillo Armas. Esa llamada de Abbes a Grunning en momentos que se entera de la cancelación de su nombramiento, es muy elocuente y solamente puede entenderse como una apelación a la CIA, para sugerir a Balaguer anular la derogación de su designación y continuar viaje a Japón. Balaguer no exculpa a Abbes de la muerte de Castillo Armas, más bien corrobora su participación en el magnicidio del 26 de julio de 1957, pero dice que no hay confirmación certera de que Trujillo fuera el autor intelectual. De todo esto se deduce que hay dudas de que Trujillo ordenara a Abbes gestar el complot del asesinato. Por lo tanto Abbes pudo haber dirigido el magnicidio sin la autorización de Trujillo. La intencionalidad es cargar a Abbes y descargar a Trujillo, cuando Abbes es una creación de Trujillo, de su necesidad de anular la disensión a todos los niveles. Mi obra “La Rapsodia del Crimen”, es el texto más detallado de la participación de Trujillo y de Abbes en la conjura que le dio muerte al presidente Castillo Armas, obra que llevó al Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, a decir que se trataba de una obra fascinante y fundamental para conocer la historia política de Guatemala . Por otro lado la mención de Grunning es clave y subliminal, Balaguer dice que Grunning intercedió por Abbes, y esto explica porque Abbes siguió su viaje a Tokio a pesar de la destitución. Hablaremos del papel de Abbes como agente colaborador de la CIA, incluso de una extraña visita a la Embajada norteamericana de Abbes en 1960, y de lo que reportó dicha legación de esa visita.

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