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Albert Pujols: Un superhéroe sin capa y sin máscara

Pertenezco a una generación que creció admirando y queriendo ser como los superhéroes que veíamos en series de televisión, dibujos a animados y los llamados “paquitos”.

Ese fervor por Superman, Batman, Spiderman y otros más se acrecentó cuando esos personajes con tantos súper poderes fueron llevados al cine.

Algunos llegamos a ponernos capas con la intención de volar, máscaras, usar un pantaloncillo por encima del pantalón largo y hasta simular que lanzábamos una telaraña por nuestras muñecas. Eran superhéroes con debilidades en las que poco reparábamos. Superman decaía ante la kryptonita, Batman uso el temor a los murciélagos para definir su propia esencia y Spiderman luchaba cada día con las emociones que le generaba su identidad secreta.

Ya cuando alcanzamos un alto grado de conciencia y vimos que las cualidades sobrehumanas de esos personajes no eran reales, aun así, se mantuvo esa fruición por lo que representaron en nuestra niñez y adolescencia.

Pues bien, cuando creíamos que esas cosas eran bobadas del pasado, el mundo del deporte nos regaló el pasado viernes un momento sumamente emotivo con el cuadrangular 700 del dominicano Albert Pujols en el béisbol de las Grandes Ligas.

“La máquina”, como también llaman al pelotero, conectó en un mismo partido sus jonrones 699 y 700 para convertirse en el cuarto jugador del exigente béisbol y el primer Latinoamericano que logra tan envidiable marca.

Antes lo habían hecho Barry Bonds (762), Hank Aaron (755) y Babe Ruth (714), todos estadounidenses y considerados leyendas de ese pasatiempo.

Hace un mes muchos le daban poco chance a Pujols de alcanzar tan histórica marca porque, al final de su carrera, sus apariciones en la alineación eran limitadas a cuando el lanzador contrario era zurdo, bajo el argumento de que su kryptonita eran los diestros.

Joe Maddon, el dirigente de los Angelinos de Anaheim, equipo en que el dominicano militó gran parte de su carrera, menospreció una trayectoria que merecía otro trato. Por ejemplo, como han hecho los Tigres de Detroit con el venezolano Miguel Cabrera, quien pese a estar en sus temporadas finales, aun lo mantienen por respeto con regularidad en el line up del equipo.

Pujols demostró que la tan cacareada debilidad frente a lanzadores derechos era más bien un asunto de falta de juego y por la ansiedad de seguir siendo productivo en los escasos partidos en que jugaba, aunque hay que admitir que con el paso de los años sus capacidades obviamente han mermado.

Pero en este camino épico hacia la anhelada marca de tetrabases, Pujols ha repartido palos a la mayoría de los pitchers que ha tenido de frente, incluso el histórico 700 fue ante un lanzador derecho y en un juego anterior contra los Padres de San Diego, le rompió un no hitter al zurdo Blake Snell, en la séptima entrada.

Cuando alcanzó la marca del jonrón 700, se reveló el dato de que exactamente 500 jonrones los ha conectado contra lanzadores derechos y 200 contra zurdos.

La máquina se convirtió también en el segundo jugador –Hank Aaron es el otro- en disparar 3,000 hits y 700 cuadrangulares.

Y hace unos días, cuando disparó el cuadrangular 694 de su ilustre carrera, fijó el récord de más batazos de ese tipo contra lanzadores distintos (450), superando al también icónico Barry Bonds.

La dimensión de esos números que ha logrado Pujols radica en que miles y miles de jugadores han pasado por la Grandes Ligas, desde su creación en 1876, y tan solo 333 han ingresado al Salón de la Fama de Cooperstown (18 de ellos latinoamericanos), incluidos jugadores, dirigentes, árbitros, pioneros y ejecutivos, un lugar adonde llegará sin dudas el dominicano cuando cumpla sus 5 años de retiro, anunciado ya por él que será al final de la actual temporada.

En una era dominada por el uso de esteroides para incrementar el rendimiento y los escándalos en torno a otros jugadores, Pujols ha sido productivo sin recurrir a las trampas, así como un ejemplo dentro y fuera del terreno de juego.

Me llamó poderosamente la atención el ambiente durante el recorrido por las bases de Pujols al conectar ese histórico cuadrangular. La algarabía de los presentes en el estadio, las emociones de quienes siguieron la transmisión del partido por medios electrónicos reflejadas luego en las redes sociales, y hasta de sus colegas que desde otros estadios hicieron un alto en los partidos para presenciar una hazaña que quizás no volveremos a ver por mucho tiempo.

Y ese rostro de felicidad del pelotero y sus gestos hacia el público mientras recorría las bases.

Pensé en un momento que Pujols volaría por los aires como Superman, Batman y Spiderman, pero no, estamos en presencia de un hombre que usó recursos reales para repartir emociones y generar admiración: Bates, guantes y pelotas.

Un superhéroe dominicano sin capa y sin máscara, de carne y hueso

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