Abinader titubea con el tema haitiano

El presidente Luis Abinader fue llamado a Washington por la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ese encuentro, según se dice, tiene que ver con la intención de la instalación de campamentos de refugiados haitianos algo que de antemano cuenta con la repulsa popular.

La falta de firmeza del gobierno en definir y mantener una política de migración lo empuja a estos sofocos. No le falta a la política de alianza con Norteamérica defender la soberanía de los dominicanos, pero parece que la intención reeleccionista lo lleva a postrarse y acudir a un encuentro de trabajo con una persona de menor nivel.

El presidente Abinader va por el camino de los tropiezos y el tema haitiano lo atrapa en pijamas porque el muro que prometió entregar para agosto pasado está en cierne y en el vecino país la inseguridad se bate como clara de huevo. Se teme que crezca la migración ilegal, algo que está dando problemas.

Muchos de los que no se percatan de la dimensión del problema circulan en vehículos. Si caminaran las calles del Polígono Central les parecería estar Puerto Príncipe porque el creole circula en el aire. Necesitamos que se establezca una clara política migratoria.

Este problema se disipa momentáneamente con el meteoro que nos sacude y solapa también el problema en las escuelas, pero las dificultades no se van a resolver solas. El tema de la falta de cupo para estudiantes dominicanos no solo es culpa de la falta de planeación, mal uso del presupuesto y descuido, los padres alegan que los niños haitianos son tratados con preferencia.

Mientras se investiga un fraude en la compra de butacas -y la docencia reclama pupitres, maestros, aulas porque de todo falta-, nos enteramos que al ministerio le sobró dinero y dispusieron de mil 800 millones de pesos para publicidad de la reelección.

Es tiempo que el presidente deje de prometer y resuelva los problemas. La callada invasión haitiana nos está arropando.