Pandemia moral
La realidad en la búsqueda de dinero a través del soborno y la sobre evaluación como método de gran efectividad, no debe sorprender ni lastimar a los que hoy levantan el cetro de la indignación.
Los mecanismos aupados por la decadencia social tocan las puertas de todos los estamentos y estratificaciones que se conjugan en una sociedad.
En pocas palabras, tuvieron que meterse los norteamericanos a reclamar la parte que a ellos no les tocó, porque para nadie es un secreto, que si los reyes del dólar no perciben sus ganancias, tienden a intervenir; de forma contraria, las sanciones son muy benévolas.
Desde el poder, nadie ha combatido la oligarquía financiera reinante desde hace casi 200 años en el estado suizo, ya que su legislación, sistema ideológico y burocracias electorales, están estrechamente adaptadas a sus necesidades, ejemplo del secreto bancario y la cuenta de número, que sirve como encubridora del sistema capitalista devorador.
El narcotráfico, con su espectacular lavado, encuentra garantías con algunos respetables bancos, sin que ocurra nada.
Hemos visto el financiamiento de guerras y operaciones negras. Trabajemos sin descanso para poder sobrevivir, porque en definitiva, la pandemia que azota el mundo, se llama “la doble moral”.