Opinión

Creación de la Cátedra Monseñor Rivas

P. José Pastor RamírezSanto Domingo

El pasado 26 de agosto la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (UCATEBA), inauguró la cátedra dedicada al extinto obispo salesiano Fabio Mamerto Rivas Santos, quien se caracterizó por ser una persona que luchó y amó profundamente su diócesis de Barahona; en donde se distinguió por su labor como educador-pastor con olor a oveja, siendo amable, amistoso, optimista, justo y veraz, cercano, dialogante, con buen humor, solidario, franco y defensor de sus sacerdotes. Así logró ganar a muchos para Jesucristo.

Poseía un carácter hiperactivo, el cual nunca fue un obstáculo para escuchar con serenidad y sosiego a los sacerdotes, religiosos y feligreses de su diócesis.

El ser el primer obispo de la diócesis de Barahona tiene su sólido fundamente en el carisma salesiano de san Francisco de Sales, en el Sistema preventivo de san Juan Bosco, y en la Doctrina social de la Iglesia católica; sobre todo, en el trinomio de documentos latinoamericanos: Medellín, Puebla y Santo Domingo. Su hacer reflejó siempre las características del educador-pastor, del defensor y promotor del Medioambiente fuera y dentro de la diócesis. Además, del religioso que hacía uso de los medios de comunicación para transmitir sus inquietudes, denuncias y posturas.

Para Monseñor Rivas la educación, era, por tanto, el mejor escenario donde se desarrolla todo el ambiente humanístico. Por tales motivos, creó algunas entidades: la Fundación de Apoyo al Suroeste (FUNDASUR), el Instituto Católico Tecnológico de Barahona (ICATEBA), la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (UCATEBA), asociaciones de campesinos como Lemba, ideólogo del Centro de Formación de Cabral, hacedor, junto a los salesianos, de las Escuelas parroquiales, Centros juveniles, farmacias y dispensarios médicos. En mula, en jeep y a pie, por lomas y en llanos, recorrió todo el territorio de la Diócesis y más allá. Demostró en todos los escenarios, ejerciendo su servicio como pastor, que era un misionero salesiano al cual no le detenía nada ni nadie.

Creo que no nos equivocamos si se denominase a Monseñor Rivas, junto a otros distinguidos pastores de la región, como “el Montesinos del Sur”. Nunca tuvo miedo a decir la verdad, poniendo muchas veces su vida en peligro. Por la calidad de su servicio, caracterizado por la cercanía, la amabilidad, la alegría y la cortesía, podríamos aplicar a él la expresión de san Agustín: “Soy obispo para ustedes, soy cristiano con ustedes”.

Monseñor Rivas fue calificado como un líder religioso “sin pelos en la lengua”, enfrentó el poder político de la región, así como a embajadores. Era considerado un hombre “mano dura y claro cuando hablaba”, cuyo estilo resultaron como una valiosa ayuda para la diócesis y que contribuyeron indudablemente con el desarrollo regional, fundamentalmente, el de la provincia de Barahona.

De esta cátedra Monseñor Rivas que se ha inaugurado, han de surgir hombres y mujeres comprometidos con el bien común y con el buen hacer, defensores y hacedores de la verdad, sensibles con la realidad de los desposeídos, humildes y sencillos, líderes razonables, amables y con sólidas raíces humanas y cristianas; en fin, promotores del desarrollo de esta región.

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