A mitad del camino
A mitad del camino, el gobierno se empeña en concretizar la mayor cantidad de logros con peso de conquistas políticas, es decir, que sean percibidos en su justa medida por la población, con la pretensión -legítima- de que lo mantenga en su más alta estima. El presidente inaugura obras, hace acercamientos con sectores productivos, hace cambios de funcionarios, en fin, pone implementa acciones que lo aproximen lo más posible a la sociedad, pensadas a partir de una perspectiva abarcadora e inclusiva. Así, vemos un presidente que viaja al Este, donde se reúne con los empresarios turísticos, viaja al Cibao para colocarse al lado de los productores de arroz, va al Sur a inaugurar obras de infraestructura vial, llega hasta Capotillo, Loma de Cabrera, a conmemorar el “Grito de Capotillo”, se detiene en Santiago para pasar balance a sus dos primeros años de gestión y, sobre todo, rompe, ya en apariencia, ya realmente -cada quien que saque sus propias conclusiones-, con funcionarios, y por qué no decirlo, con sectores que fueron determinantes para su partido en la conquista del poder.
En un país de cultura político-electoral esencialmente reeleccionista, hay legítimo derecho a pensar que en el ánimo del presidente está ya asentada la decisión de repostularse, si bien muchos opinan -con razonables argumentos- sobre la posibilidad de que, siendo una persona de su ascendencia moral y económica, el ejercicio de la política, del poder y del Estado, en conjunto, le haya decepcionado a un grado tal que acaso pudiera estar arrepentido de haberse metido en ese berenjenal. El tiempo, que como decía Charles Dickens, “es el mejor fabricante”, dejará desengañados a unos u otros de los predictores.
Como correlato de todo lo anterior, vemos las otras dos principales fuerzas políticas de oposición haciendo movimientos por la consolidación de sus estructuras, ya mediante la captación de nuevos adeptos, ya a través de la fidelización de simpatizantes. Una de ellas celebra el reposicionamiento de su candidato natural, y la otra, no ha definido aún el suyo, cuestión fijada para el próximo 16 de octubre. Por tanto, el panorama del litoral opositor, apenas si se ofrece a la población a medias, pues de seguro no será lo mismo cuando los peledeistas hayan escogido ya su candidato. Asimismo, a partir de entonces, el mercado electoral estará dividido entre tres. Como resultado, una cosa sí debe quedar clara, a mitad del camino, la campaña electoral ya ha comenzado.