Encrucijada
El pueblo estadounidense está atrapado. Su clase política es tan descorazonadoramente disfuncional que parió a Donald Trump, no puede dejarlo retornar al poder, pero tampoco impedírselo.
El descrédito de la clase política infectó a la justicia. Aunque haya razones legítimas para juzgar, condenar y encarcelar a Trump, si lo hacen, podrían provocar una revuelta.
Para muestra un botón.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) allanó Mar-a-Lago, la residencia veraniega de Trump en Florida, y sus fanatizados seguidores llamaron a tomar las armas.
“Estoy listo para el combate”, dijo Ricky Shiffer, quien marchó a la oficina del FBI en Cincinnati, Ohio, a matar agentes. Y mataron a Ricky.
“Vamos a pelear hasta el final, no importa lo que se tome”, dijo un trumpista durante una manifestación apoyando a su líder frente a Mar-a-Lago.
¿Cómo reaccionarán si la justicia, que ellos no respetan, le impide a Trump ser candidato?