Trump, el “perseguido político”
Según Newsweek, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) tenía “una fuente humana confidencial” en la residencia veraniega del expresidente Donald Trump, allanada el lunes en Florida.
El confidente le habría informado al FBI qué tipo de documentos secretos tendría Trump, y su ubicación exacta. Si resulta cierto, es en extremo grave porque demuestra una “persecución” contra Trump; tienen “informantes” en su casa.
Lo peor es que muchos confidentes son doble agentes. Y Trump, todo el mundo lo sabe, demanda lealtad absoluta a quienes están dentro de su círculo íntimo.
Si el Departamento de Justicia y el FBI no presentan evidencias incriminatorias contundentes, fruto del allanamiento, estarían garantizando el retorno de Trump al poder.
El allanamiento fue condenado no solo por los trumpistas. También, el exgobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, quien se pronunció contra la acción.
El Departamento de Justicia “debe explicar inmediatamente la razón del allanamiento y no debe ser solo buscando papeles, sin consecuencia. De lo contrario, será visto como una táctica política que destruirá toda credibilidad y legitimidad de las investigaciones del seis de enero”, dijo Cuomo, en una declaración escrita.
Ron DeSantis, el gobernador de Florida que adversa a Trump, dice que “el régimen” está utilizando la justicia y al FBI como un arma política. Esto parece, según DeSantis “una república bananera”.
Trump se declaró un “perseguido político” y eso es en extremo delicado, porque despertará simpatías de muchas personas, incluyendo republicanos y demócratas que lo adversan.
Trump asegura que le “plantaron” evidencias porque “la izquierda radical”, el gobierno demócrata, está “fuera de control”.
Trump no tiene un movimiento político; es un culto al ego del hombre blanco medalaganario proyectado en él’ una “persecución política” aumentaría su número de seguidores. Sería catastrófico para el “régimen”.
Lo peor que le podría pasar al gobierno es que Trump obtenga el status de “perseguido político” porque, entonces, se convertiría en invencible. Todos los perseguidos triunfan.
Él no tiene nada en común con Cristo, Gandhi o Mandela, pero aquellos fueron, y Trump es “perseguido”. Si del allanamiento no sale algo bien serio en contra de Trump, el gobierno saldrá perdiendo mucho más de lo que pensó que podría ganar.