Reflexiones y decisiones

Releyendo Siglo nuevo, vida nueva de Carlos G. Vallés, conduce a examinar el camino recorrido y verificar dónde estamos parados y hacia dónde vamos como personas y sociedad.

¿Qué decisiones determinan hacia dónde queremos ir y qué buscamos en esta vida temporal? Orientar la vida para descubrir las estaciones de nuestra existencia, y los ritmos acelerados de nuestra vida podría ser el gran secreto para vivirla ajustada a lo que Dios aspira que hagamos mientras ocupamos un espacio en el mundo fruto de su creación.

De ahí, que la mirada eterna de Dios se posa sobre el “calendario temporal de nosotros y marca en curvas de predilección citas de amor entre el cielo y la tierra”. Se trata de una plenitud que siempre ha existido que se verifica con la presencia de un Dios que en una realización continuada vela por sus hijos con el amor de un padre.

De esta manera, en cada segundo de la existencia está la mano de Dios, una señal que nueve a la reflexión, porque cada cosa dentro de un espacio tiene grabado su nombre. Por esto, resulta en demasía una buena decisión orientar la vida hacia la plenitud del tiempo, que tiene a un Dios esperando de nosotros la respuesta admirable de su grandeza, en un universo en el que el “conocimiento propio debe ser el punto de partida y condición esencial de toda búsqueda espiritual, humana o divina”.