PRM el instrumento de los popis

El gobierno levanta como estandarte la transparencia, pero se le opaca con más de 40 funcionario desplazados del poder por actos presuntamente reñidos con las buenas costumbres, muchos señalados, pero pocos encarcelados.

Los dos últimos casos afectan a personas de la intimidad del presidente de la República como son Neney Cabrera y Lisandro Macarrulla, pero el caso del ministro de la Presidencia ha dejado paralizado y mudo al mandatario no obstante saber del tema desde hace mucho tiempo.

Luis Abinader, en razón de ser el jefe del ministerio público, sabia de los supuestos vínculos de la firma MAC, de Macarrulla, con Jean Alain Rodríguez y también los rumores de que hacía negocios desde el gobierno y con el gobierno.

Sin embargo, lo que no se percibe a simple vista es cuanto daño hace esto al Partido Revolucionario Moderno, organización que va de capa caída sin recibir los méritos por ganar las elecciones y que carga con efectos de hechos de presunta corrupción. El gobierno es controlado por los empresarios y son los únicos a tomar en cuenta para los cargos públicos.

Los recientes nombramientos comprueban que el PRM no cuenta para nada, muchos dirigentes siguen esperando el nombramiento y por eso no se les siente. Llama la atención que un político que quiere reelegirse esté destruyendo su partido como si contara con otro soporte para hacer su campaña. Este alejamiento entre gobierno y el partido es una constante y quizá causa de que solo duren un periodo.

En el ensayo de inicio de su reelección Abinader envió el gabinete a hacer campaña y tuvo un atasco porque las bases no sintonizaban, luego aprovechó un acto político y dijo que el partido debía tomar las calles sin mirar para atrás y el PRM se quedó indiferente.

Los miembros de este partido están como los de oposición, pasando las mismas penurias que el pueblo y saben que ninguno de sus compañeros será el nuevo ministro de la Presidencia.