Opinión

El profesor de inglés

Comencé a producir el programa de música norteamericana Your Hit Parade, en el 1953.

En poco tiempo me convertí en una figura popular dentro del alumnado y profesorado del Instituto Cultural Dominico Americano, ya que yo había realizado allí un curso de inglés avanzado para culminar esa etapa de mi aprendizaje del idioma y además, porque la mayoría de ellos escuchaban mi programa cada domingo al medio día, por la HIZ.

Junto con mis amigos Miguel Victoria y Danilo Mañón formamos un trio que llamamos: Ellis, Danny and Mike.

Cada vez que había alguna velada de carácter artístico se nos pedía que actuáramos.

Recuerdo que las dos canciones que más interpretábamos en inglés; eran: Take Her To Jamaica y Oh Sussana.

En una ocasión el director del instituto me dijo: Ellis, tenemos una vacante para un profesor ¿aceptarías?

Esa fue mi primera posición formal como profesor de inglés.

Más adelante, contesté un anuncio en el periódico en que el Instituto Dominicano Gregg de señoritas solicitaba un profesor de inglés, cuando llegué al instituto me entrevisté con la directora y propietaria del mismo, Doña Rosa de Herrera.

Cuando le dije que yo fui a verla por el puesto de profesor de inglés no se pudo contener y se echó a reír, me dijo: cómo va a ser que usted pretenda ser profesor aquí cuando yo lo que tengo son niñas, señoritas, y a alguien tan joven como usted se lo comerían vivo.

En eso apareció Don Rafael Herrera que era el esposo de Doña Rosa, que para esa época era director del diario El Caribe en los 50, y a quien yo conocía hacía algún tiempo.

Después de haber escuchado a Doña Rosa, Don Rafael le dijo: Mira Rosa, lo primero es que Ellis no es tan joven como parece, él tiene un buen grado de madurez y yo lo conozco bastante bien, creo que debes contratarlo.

Doña Rosa se sonrió, me miró y me dijo: bueno, ya estás contratado.

Tuve una magnifica experiencia como profesor del Instituto Dominicano Gregg.

No había varones, y en poco tiempo me di cuenta de que algunas eran realmente, tremendas, aunque solo resultado de su vivacidad y lo temprano de sus edades.

Ya les he contado sobre las clases de inglés a mi barbero y mí otra gran experiencia como profesor en el Colegio Luis Muñoz Rivera.

¡Buenas añoranzas!

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