¿Cómo innovar en periodismo?

“Lo único constante es el cambio”, Heráclito - filósofo griego La aceleración con que se mueve la comunicación y la tecnología hoy en día obliga al periodista mantenerse en evolución y eso implica necesariamente una reinvención constante. Así como los virus mutan, la comunicación está en “mutación”, se va transformando. Si antes de la pandemia del COVID-19 el uso de las redes sociales y tecnología alcanzaba altísimos niveles de tiempo en consumo por usuario, para abril de este año 2022 a nivel global, los usuarios de internet pasan un promedio de dos horas y 27 minutos al día conectados a las plataformas sociales, según lo revela Digital 2022, un informe anual sobre redes sociales y tendencias digitales publicado por Data Reportal en base a los datos de Global Web Index, que analiza 47 mercados. Ya no somos una sociedad de medios, sino un ecosistema complejo y fluido de convergencia de pantallas. Vivimos en la sociedad de las cuatro pantallas (laptop, celulares inteligentes, televisión, Ipad y otros dispositivos móviles). Sumado a los estímulos visuales que estamos expuestos cada día de más de 2 mil, de acuerdo a estudios. Lo que indica que ante el océano de informaciones que recibimos por todas las vías (infoxicación), para destacar el contenido entre tantas distracciones, hay que apelar a elementos disruptivos que favorezcan el interés y atención de las audiencias. No es un secreto para nadie que las nuevas generaciones están abandonando paulatinamente los medios de comunicación analógicos, es evidente el desapego a lo impreso, tanto revistas, periódicos como libros. En el caso de la generación Z, los llamados nativos digitales que no conciben el mundo sin conexión a internet, nacieron en plena era digital y tienen menor capacidad de conservar la atención. Ante esa realidad, por ejemplo en Suiza, ya hay medios que están desarrollando laboratorios para entender qué contenidos quieren los jóvenes. Los llamados «Youthlabs», son discusiones entre jóvenes para investigar y analizar qué formatos de texto les resultan atractivos, qué contenido les gusta compartir en sus canales de redes sociales, etc. En ese sentido, uno de los retos del periodismo digital es fidelizar y atraer a las nuevas audiencias a los medios. Hoy la competencia de un medio de comunicación no es otro, sino Youtube, Netflix, Instagram, Facebook, WhatsApp, Twitter, Amazon, Telegram, entre otras, es decir, todo aquello que está en internet y en las aplicaciones móviles. Antes del nacimiento del internet y las redes sociales, bastaba con ser los “primeros” en dar el “palo periodístico”, para atraer y vender más, hoy con tanta sobreinformación que abunda, conquistar la atención es la nueva moneda social. Vivimos en la era de “economía de la atención”. Producir y publicar contenidos multimedia como videos, audios, infografías y contenidos interactivos y de calidad, tomando en cuenta que los datos cuentan historia a través de audios, narrativas y videos para crear contenidos audiovisuales sobre todo a través de las nuevas plataformas sociales para formar comunidad, sin dejar de apelar al “interés humano” y aspectos emocionales para generar mayor conexión con las audiencias que hoy son tan volátiles al quedarse enganchadas por poco tiempo. Eso sí, no dejarse llevar por la “corriente” e inmediatez de las nuevas formas de comunicación. Hay que distinguir entre lo que es entretenimiento y periodismo, si quieres construir una buena reputación. Naturalmente que el periodista debe cumplir siempre con la deontología profesional y con el rigor de verificar cada uno de los datos que tiene en su poder antes de darlo por válido y confrontar a las fuentes a las que hace referencia. Una muestra de la gran adaptación a estos tiempos ha sido el Listín Diario a través de la visión vanguardista de su director Miguel Franjul y todo el formidable equipo que le acompaña, quienes han mantenido a ese diario con el mismo vigor y prestigio de sus más de 131 años de historia, sin caer en la profanación de sus contenidos solo por seguir atrincherado en la búsqueda insaciable del “like”. El autor es periodista y consultor en Comunicación Estratégica con máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política en la Universidad Camilo José Cela de Madrid, España y máster en Dirección de Comunicación Corporativa en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).