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Del PRM, su democracia interna y… ¿candidatos fantasmas?

A las 9 de la mañana de hoy, y posiblemente mientras usted esté leyendo esto, unos 1,256 delegados están convocados para elegir a las "nuevas" autoridades que se encargarán de dirigir al Partido Revolucionario Moderno (PRM) por los próximos cuatro años.

Hay todo un evento montado en el pabellón de voleibol Gloribel Arias para ese certamen interno; boletas para marcar la plancha de su preferencia, urnas para echar el voto secreto e incluso la supervisión de la Junta Central Electoral (JCE) para dar la validez al proceso.

Sin embargo, en la práctica el sentir es todo lo contrario y la sensación es de que todo es una orquesta para legitimar la imposición de José Ignacio Paliza y de Carolina Mejía como las principales autoridades, sin que haya ningún frente adverso y dar señales de unidad hacia las afueras de la organización política.

Condiciones favorables

Luce como una imposición desde el momento en que la dirección ejecutiva del partido anunció que las segundas elecciones internas para escoger al presidente y secretario general, se realizarían mediante una convención de delegados, a diferencia de las primeras, lo que inmediatamente comenzó a causar ronchas entre los dirigentes medios y las bases partidarias.

Esa decisión de que sea una representación de legisladores, alcaldes, ministros y directores gubernamentales obviamente afectó las posibilidades de Guido Gómez Mazara y Eddy Olivares, quienes precisamente venían basando sus aspiraciones en ese descontento de los miembros de la base, quienes se quejaban desde el inicio del Gobierno por la falta de empleos dentro del tren Gubernamental y que son pasados por alto en todas las decisiones del partido.

Al final, todo esto sirvió para que Paliza no tenga que enfrentarse ni a Olivares, quien terminó aceptando un puesto en la plancha del actual presidente del partido a cambio de que sea nombrado como una especie de coordinador; ni a Mazara, quien tras los múltiples rechazos del Tribunal Superior Electoral (TSE) decidió no inscribirse y en su lugar empezar a trabajar en su candidatura presidencial.

Ni hablar que durante el cierre de campaña de Paliza y Mejía fuera la prensa oficial del partido la que se encargará de coordinar y organizar la actividad y que la directora de comunicaciones de la organización fuera quien animara la fiesta.

¿Un candidato fantasma?

En vez de estos mencionados, el ministro Administrativo de la Presidencia enfrentará a una persona llamada Ramón Antonio Liriano, que así cómo usted ha escuchado de él, yo también.

La trayectoria política de Liriano no aparece en la base de datos del partido ni tampoco se encuentra mucha información en el mundo digital, incluyendo incluso a número telefónico, el que aparece registrado en su acta de inscripción, como fuera de servicio. El mismo camino para los dos vicepresidentes que completan su terna.

Un dato al margen es que tres, de los cuatro integrantes de esa plancha tienen su lugar de domicilio en "Los Ángeles", del Distrito Nacional.

Yo no voy a pecar de denominarlo como un candidato fantasma, a pesar de que reúne todas las condiciones para pensarlo, pero sin lugar a dudas es la persona que más ansío conocer durante la cobertura de ese evento.

Un spoiler

Hablando en serio, lo único que está por decidir es si de verdad se van a meter en un proceso largo que abarque todo el día o al final alguien va a solicitar que la elección se haga por simple aclamación de los delegados presentes, lo cual tiene muchas posibilidades de pasar.

Al final Paliza y Mejía continuarán a la cabeza del PRM y quedará por ver si esa decisión de mantenerlos allí, al final les pasará factura en el venidero proceso electoral, pautado para 2024.

El tiempo se encargará de eso...

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