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CONTANDO LOS HECHOS

La paz ¿es posible?

Recientemente, mi viejo ami­go y colega, Er­cilio Veloz Bur­gos, quien es un ferviente propulsor de la paz, por lo que dirige el “Movi­miento dominicanos y domi­nicanas por la paz mundial”, me pidió que escribiera un artículo sobre la paz.

Desde el inicio de la con­vivencia humana siempre ha existido la amenaza de los conflictos motivados en los niveles más simples por el in­terés de unos para sacar ven­tajas de los otros. De ahí que el “maroteo” original impli­caba la invasión de comuni­dades vecinas para recoger los frutos que estaban situa­dos en las otras aldeas, lo que originaba conflictos de inte­reses y propiciaba la perdida de la armonía entre esos veci­nos y el surgimiento de rivali­dades cuyas confrontaciones daban al traste con el estado de paz. Nos dice el dicciona­rio de la lengua que la paz es el estado de cosas en que se mantiene la armonía entre las partes y se evitan los con­flictos y confrontaciones. Es­te concepto, además del más simple y primitivo ya descri­to, es aplicable a las relacio­nes de los barrios en una mis­ma provincia, las relaciones entre las provincias, así como las relaciones entre los paí­ses.

¿Por qué es difícil lograr y mantener la paz? Porque siempre hay alguien que se cree superior a los demás y que esa superioridad le da derecho a coger y recoger lo que pertenece a otro, simple­mente con la utilización de su influencia o fuerza. Cuando dos personas, aldeas o países se evalúan y consideran que tienen fuerzas y poderes si­milares generalmente preva­lece la paz. Al momento que uno se debilita por cualquier razón y el otro lo percibe, la paz queda amenazada.

El sentido de posesión es una de las grandes debilida­des del ser humano que ge­neralmente no se satisface con cubrir sus necesidades, sino que arremete con vio­lencia para apoderarse de lo que no necesita, no importa que el objeto del despojo re­sulte vital para la subsisten­cia del otro. Las Naciones Unidas fueron creadas con el propósito de asegurar la paz después de las dos guerras mundiales, hoy vemos con la invasión Rusa a Ucrania, que es poco lo que se puede lograr. Su estructura de de­cisión está dominada por los más poderosos que siempre defienden sus mayores inte­reses. Ya lo dijo el mejicano ilustre, “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Propugna­mos por la paz. ¡Convivamos en paz!

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