Algunas consideraciones sobre las medidas gubernamentales

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Yahaira Sosa Machado, MIBSanto Domingo

Desde el año 2020 nuestro país experimenta alzas sostenidas en los precios de productos de consumo. El alza en los fletes y el desabastecimiento por interrupción en las cadenas de suministro, se han traducido en aumento de precios al consumidor, toda vez que han significado aumentos considerables en las materias primas necesarias para la producción.

Al aumento de los costos se suma, en el 2021, una merma en la producción de carne porcina a raíz de un brote de peste porcina africana que significó el sacrificio de miles de unidades, en detrimento de los productores.

Ya en este año 2022, el conflicto armado en Europa del Este ha agravado el acceso de combustible en occidente, por lo que se han incrementado los precios, y encarecido aún más las materias primas.

Concomitantemente, y de manera inusual, en nuestro país se ha producido una revaluación del peso dominicano, entendiendo que las divisas percibidas por los sectores que han facilitado la reactivación de la economía post Covid, se han reducido, como, por ejemplo, el caso de las exportaciones de zonas francas.

Es en este contexto, que el Gobierno dominicano anuncia una reducción unilateral y transitoria de aranceles a productos protegidos (por considerarse altamente sensibles), al tiempo que se dispone a elaborar un Reglamento para la administración de licencias de importación de productos agropecuarios y un Reglamento para el funcionamiento de la comisión para las importaciones agropecuarias a través del Ministerio de Agricultura. Estos instrumentos en consulta, ¿van a regular las importaciones anunciadas?

Debemos preguntarnos qué medidas se tomarán para que ese margen no se quede en el importador (o distribuidor), y qué otras se tomarán para que la reducción de aranceles anunciada no sea en perjuicio de la producción nacional, agrícola o industrial; sectores que, desde el 2020, sufren profundamente los efectos de la crisis, y se afanan por sobrevivir, y para que la revaluación del peso frente al dólar no afecte la producción y el empleo en nuestras industrias.

El Estado no crea riquezas: el Estado crea las condiciones para que los distintos sectores produzcan la riqueza. Vemos muchas situaciones sucediendo al mismo tiempo, tenemos muchas interrogantes y pocas respuestas por el momento, por lo que se hace más necesario que nunca trabajar unidos y en colaboración en la búsqueda de las respuestas.

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