La fortaleza mental de Rafa
El reciente triunfo de Rafael Nadal en el Abierto de Tenis de Australia trajo otra vez como tema de análisis y reflexión un detalle que intenta explicar el éxito del tenista español como atleta de alta competición: Su fortaleza mental.
Y no es para menos, Rafa, como le apodan, llegó al importante torneo tras recuperarse de una seria lesión en el escafoides del pie izquierdo que lo mantuvo alejado de las canchas de tenis por casi seis meses.
Unas cuatro semanas antes del evento deportivo tuvo un contagio de Covid que lo mantuvo también inactivo por varios días. Con ese panorama tan adverso, pocos le daban posibilidades de superar tan siquiera la primera etapa de la competición.
Pero Nadal no solo llegó a la final, sino que superó una caída en los dos primeros sets del juego decisivo ante el ruso Daniil Medvédev, para una remontada espectacular que le permitió alcanzar su Grand Slam (torneo grande) número 21, en un partido que se extendió por más de cinco horas. Con dos sets abajo, cualquier otro tenista se hubiera desmoronado y resignado a la derrota que ya parecía inminente. Nunca ha sido así con Rafa a lo largo de toda su carrera, a quien reconocen por una actitud que ha sido la principal aliada de sus triunfos: Nunca se rinde.
Sobre la fortaleza mental de Nadal se reflexionó y escribió bastante luego de terminado el torneo con su épica victoria. Sin embargo, un análisis de su tío y entrenador Toni Nadal, responsable en gran parte del éxito de Rafa, ofrece unas pistas que podrían servir de inspiración a quienes intentan “tirar la toalla” ante cualquier momento aciago de la vida.
En el artículo titulado “La imprescindible escuela de la dificultad”, Toni Nadal expresa que cuando uno se traza un objetivo, asume también la dificultad y el reto que conlleva, y, a su vez, estará dispuesto a hacer todo lo necesario para alcanzarlo.
Al evaluar las claves del éxito de su sobrino, exhorta a preguntarnos si con el modelo actual estamos formando correctamente a nuestros jóvenes y si les ayudamos a afrontar con garantías su futuro.
En un mundo tan centrado en el uso extensivo de las modernas tecnologías –argumenta- “hemos logrado desdeñar todo lo que exige esfuerzo o que nos incomoda mínimamente”.
Tony Nadal no cree que Rafa sea un superdotado, sino que simplemente se preparó durante muchos años, prácticamente durante toda su vida, para afrontar la dificultad.
Sus enseñanzas a Rafa desde niño fueron que entrara siempre con una actitud positiva a la cancha, nunca quejarse, aceptar que las cosas pueden no salir bien de inmediato, entrenar más tiempo del previsto y esforzarse por pegarle a la bola, cada vez, lo mejor que pudiera.
Interesantes sus razonamientos sobre el éxito de Rafa, sugerencias que bien podríamos aplicar al enfrentar adversidades y estresores de la vida, sin que asome nunca un atisbo de desesperanza y la intención de rendirse.
Como Nadal, aceptar las exigencias asociadas a nuestros retos y sueños más anhelados.