Opinión

MI PALESTRA

La gran diferencia

Germán MartínezSanto Domingo

Más de un político, de todos los partidos, en el ejercicio de una posición pública, no necesariamente la Pre­sidencia, pasaron a exhibir cuantiosas fortunas.

En un país chiquito, donde casi todos nos conocemos, o por lo menos sabemos de don­de venimos, cuando no que estamos em­parentados familiarmente las fortunas de algunos llaman la atención y motivan comen­tarios, si es político o hay un político en la fa­milia no hay que investigar mucho.

Pero la realidad es que estamos en otros tiempos, hay en el ejercicio del poder un hombre que elegido por el pueblo llegó a la presidencia de la república con fortuna fami­liar hecha con trabajo y honestidad, la suya y la de su esposa. Para los que no lo han en­tendido deben ir comprendiendo que las co­sas cambiaron, que no hay forma de seguir robándole el dinero al pueblo dominicano, y que lo mejor que pueden hacer los que están en el poder es no olvidar quién gobierna, y los que se fueron comenzar a devolver lo que el país sabe que nunca tuvieron.

Algo es muy cierto ni el Presidente Luis Abinader ni su familia necesitan el poder para

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