EXPRESIONES
Ese no es el remedio
En los últimos días he escuchado a comentaristas de radio, de televisión y hasta algunos dirigentes políticos de distintas banderías, llamar al presidente Luis Abinader a disolver el ministerio de la Juventud.
Los que defienden esa barbaridad, argumentan que allí se han producido muchos escándalos.
Hablan de antes y de ahora. Basan su pedido en que, hasta en el pasado gobierno se designó a una persona estando en prisión y que en 15 meses este gobierno ha tenido que cancelar a dos ministras.
Eso nadie puede ocultarlo, pero ¿Qué tiene que ver el ministerio con esos escándalos? ¿Tendría el Papa que cerrar muchos templos porque algunos sacerdotes incurrieron en pedofilia o violación? Claro que esta no es una solución para el problema. Lo que hace falta en el ministerio de la Juventud es la designación de alguien que de verdad lo conduzca por otros rumbos. La política en favor de la juventud debe y tiene que ser fortalecida. Desapareciendo el ministerio ese objetivo se retrasa. Como tenido administraciones funestas, ese ministerio también ha tenido otras que han dejado huellas positivas. Manuel Crespo, Franklin Rodríguez, Robiamny Balcácer, por citar solo algunas.
Creemos que lo que tiene que hacer el Presidente es designar una persona que reivindique el compromiso asumido cuando fue creado, como dirección, lo que es hoy un ministerio. En el Partido Revolucionario Moderno y fuera de este, se encuentra una cantera de jóvenes que llenarían con responsabilidad ese hueco. Un traspiés o dos, por inexperiencia u otro motivo de un funcionario, no puede considerarse un argumento sólido para pedir la disolución de esa u otra entidad.
Nos atrevemos a pedir al presidente que no escuche esas voces. La disolución no es el remedio para salvar el ministerio de la Juventud.