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EN SALUD, ARTE Y SOCIEDAD

Contemporanía, revista de arte para el país y el mundo

Salió de im­prenta el nú­mero 17 de Contempo­ranía | Arte latinoamericano en la escena global. Su con­ceptuación y publica­ción inició en 1986. En 1989 era la primera re­vista dominicana de ar­te y alta calidad, a todo color, gracias a Editora Corripio y al celo del fa­llecido Manuel Parejas.

Entonces las máqui­narias de Editora Corri­pio eran marca “Solna”, a dos colores. Era una Odi­sea producir 88 páginas. Arduo trabajo requerido por los múltiples proce­sos de reconversión des­de texto a galeras y de imágenes a separaciones por placas de cuatricro­mías CMYK. Juntas, iban a fotomecánica, a razón de una por color, para pasar a cuatro planchas destinadas a la imprenta.

El registro era el do­lor de cabeza. Lograrlo sin haber “estandariza­do” linealmente la tríada montaje fotomecánico, quemado de planchas y entrada a prensa consu­mía horas.

Las exigencias de Con­temporanía contribuían a revelar los retos a en­frentar por la impresión nacional.

Finalizando los ochen­ta, encontramos, en la sucursal del Banco Popu­lar de la Ave. Lope de Ve­ga, al intelectual Jacinto Ginbernard y le pregun­tamos: ¿Recibió nues­tra revista? Se la había­mos enviado al periódico HOY, pues era colabora­dor del suplemento “Is­la Abierta”, dirigido por Manuel Rueda, donde tu­ve mi tercer empleo for­mal: Asistente del direc­tor.

Su respuesta, No, me hizo correr al vehículo y buscarle una. Al hojearla me confesó que en vida su padre anhelaba hacer una revista domincia­na general, que era una ilusión familiar. Al poco tiempo, junto al arqui­tecto y escultor Cristian Martínez lanzó una re­vista. Me alegró que Con­temporanía les mostrara que el país podía.

Por su parte, a Con­temporanía la había ins­pirado el poeta Rubén Darío. Durante mis años de estudios e investiga­ción de grado, encon­tré referencias sobre la “Revista Mundial” que en mayo de 1911 empe­zó a publicar el moder­nista de América, gracias al apoyo de los empresa­rios uruguayos Alfred y Armand Guido. A finales del 2000 obtuve una co­pia faxcímil de ella. En­contrarla me inspiró a reasumir Contemporanía en el 2003, ignorando que la crisis bancaria de ese año arrasaría con las publicaciones de ese tipo en el país.

Hace cinco años em­pezamos reasumir el compromiso: una terce­ra etapa. Al fin la tene­mos gracias al auspicio de importantes institu­ciones nacionales como los bancos Popular y de Reservas. Y la acogida entusiastas de artistas y entidades de prestigio nacional e internacional. La han recibido con be­neplácito, satisfechos por tener de nuevo un medio tangible, palpable, dispo­nible 24/7, accesible sin necesidad de aparatajes tecnológicos.

Retomarla se funda­mentó en datos duros, cuyos icebergs comparti­mos en este Listín Diario: Internet no ha desplaza­do los medios impresos útiles: produjo la multi­media. El pronóstico es que de 2020 al 2025 los medios impresos crezcan 2% anual.

La lectura en red resul­tó más superficial, dis­persa y menos efectiva que la “análoga”.

A partir de los 45 años, las personas navegan menos en Internet.

Durante el Covid (2020) y en el mercado artístico, el 90% de com­pradores prefirió visitar una feria, galería o taller para adquirir obras.

Actualmente, líde­res del mercado interna­cional de arte y de ins­tituciones culturales regionales validaron a Contemporanía, partici­pando como fuentes de información.

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