POLÍTICA Y CULTURA

¡Libertad, Libertad! “20 de octubre de 1961”

(A Ercilio Veloz Burgos y a los entonces jóvenes de la Agrupación Patriótica 20 de octubre)

Desde antes del día 20 de octubre de 1961 la ciudad esta­ba movilizada por los es­tudiantes universitarios y secundarios, por el apoyo vibrante de los grupos sin­dicales y sociales, que se habían declarado en rebel­día, por la democracia y la salida del país de Ramfis Trujillo y sus sicarios, por la caída de los remanentes trujillistas que aún deten­taban las riendas del poder político. El aparato opera­tivo trujillista estaba intac­to. Pero la efervescencia de lucha por la libertad se ha­bía apoderado de la juven­tud dominicana, la semilla sembrada por los mártires del 14 de junio de 1959 y el desafío público a la dic­tadura en 1960 del Movi­miento Popular Domini­cano, había sublevado la conciencia democrática en las calles y en los plan­teles, banderas de libertad flotaban por los aires. Ese día llegó al país el profesor Juan Bosch, luego de un largo exilio anti trujillista y fue recibido por una multi­tud numerosa que lo acom­pañó hasta su casa, a escasa distancia de la calle Espai­llat, contagiada por los gri­tos de libertad que estreme­cían la ciudad pequeña. El 20 de octubre la muchacha­da empezó a aglomerarse desde el Parque Indepen­dencia hasta toda la zona pero en especial hacia la ca­lle Espaillat. El grito unáni­me era declarar “territorio libre” la ciudad pequeña para liberar después el país entero de esbirros y crimi­nales trujillistas. Un am­biente casi festivo se vivió entonces. Cientos de jóve­nes transportaban piedras para dar la batalla que se avecinaba. Juraron defen­der la zona como un territo­rio libre sin calieses ni esbi­rros trujillistas. Marchaban de un lado y otro de las ca­lles circunvecinas, iban can­tando canciones patrióticas y entonando el himno na­cional. Las azoteas fueron tomadas, jóvenes imber­bes se convertían en solda­dos de la libertad secues­trada por los remanentes trujillistas que durante 30 años oprimieron a un pue­blo. Nadie que no amara la libertad podía cruzar en­tonces por la Arzobispo No­el desde el Parque hacia la calle Espaillat y boca calles vecinas, el jolgorio cubría a Ciudad Nueva, la gente sa­lía a las puertas de sus casas a solidarizarse con los jóvenes. Todo el mundo transportaba medios rudimentarios de lu­cha para hacerle frente a la policía trujillista. El primer intento de los policías por en­trar a la calle fue rechazado, los jóvenes cubrieron el cie­lo con una lluvia de piedras y artefactos que obligó a los agentes a correr en bandole­ra. Los jóvenes habían derro­tado la represión. Santo Do­mingo libre, proclamaban con furor, Libertad, libertad, libertad. Era el grito de gue­rra de aquella pléyade de los adolescentes y niños hé­roes. La segunda ofensiva de los policías fue brutal, los es­birros treparon a los balco­nes y azoteas luego de colo­car escaleras, disparando y avanzando, se enfrentaron en la azotea de la casa No. 55 a un grupo que se le re­sistió cuerpo a cuerpo, arro­jando la policía al vacío de la calle a Tirso Roldan Var­gas Almonte, de apenas 18 años, que les gritaba, liber­tad, libertad, libertad. Tres jóvenes muertos, cientos de jóvenes detenidos y gol­peados, 20 de octubre de 1961, heroica jornada de la libertad. ¡Nunca te olvida­remos!

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