SONDEO
Reforma, riesgos y costos (¿)
Con los días, cobra mayor fuerza la “corazonada” de muchos entendidos y de gente solo apegada al sentido común , de que en su empeño por empujar una reforma fiscal marcada por la resistencia de diversos sectores importantes y obstáculos que pudieran finalmente resultarle insalvables, el presidente Luis Abinader arriesga demasiado el apoyo alcanzado en su desempeño ,y se expone a cargar con un costo político que pudiera hacerle tortuoso el camino en los tres últimos años de una gestión que arrancó bien y con el compromiso de “un cambio”. Odiosos los impuestos y peligroso seguir endeudando el pais, pero la verdad es que el gobierno está en la encrucijada de cubrir el déficit presupuestal con nuevas cargas fiscales o con nuevos préstamos (?). Aquí no se sabría cuál es el mal menor, porque- además de las pocas alternativas- las opciones citadas entrañan males al fin, con sus inevitables traumas y consecuencias político-sociales para todos. Pero, fuere movido por este dilema o apostando a diferenciarse de candidatos y de presidentes que en su momento hablaban de la necesidad de pacto o de reforma fiscal a lo que luego le iban dando largas y terminaban sacándole el cuerpo, para no verse con la realidad de un seguro rechazo de los sectores de clase media y los menos pudientes, generalmente los más afectados cada vez que hay aumentos de precios y de impuestos, el jefe del Estado anunció y se comprometió con una propuesta de reforma constitucional y fiscal para lo cual convoco a diálogo a las distintas fuerzas políticas y sociales del país. Con su reparo, se fue al dialogo. La parte fiscal – por la prisa y por espinosa- se sacó de allí para el presidente girar una “visita sorpresa” al liderazgo nacional. Pero las cosas han dado un giro… De inicio, se dijo que “no es el mejor momento”. Un listado de posibles gravámenes que se filtró levanto un avispero, por dañoso, como el llevar de 0.15 a 0.75 el impuesto a los cheques y la acción criminal- porque otra cosa no sería- de pasar de Catastro a la DGII, con exclusiva y ciega vocación recaudadora, la facultad de” reevaluar” el precio de apartamentos y casas que viejitos y esforzadas parejas jóvenes ya tienen pagos o están pagando (¿). ¿Se imaginan el golpe y efecto de eso? ¡Y hay más! El presidente no debe jugarse la faja e hilar fino, a partir de que las opiniones son en mayoría contrarias a la propuesta oficial. Los industriales piden que se lleve la reforma fiscal al CES; la Fuerza del Pueblo y el PLD adelantaron que no la aprobaran, y el propio bloque del PRM sugiere “actuar con cautela”. Esto evita que “arda la pradera” y que haya que “recular” (¿).