CARDIOLOGÍA PARA TODOS
Empoderamiento de la Salud Cardiovascular
El 29 de septiembre se celebró el día mundial del corazón, es propicia la ocasión para retomar el tema sobre la importancia del empoderamiento del paciente en relación con su salud cardiovascular. En las últimas dos décadas en la República Dominicana, las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte, así como también de muerte prematura, discapacidad, y aumento de la carga económica para la familia por el alto costo del servicio de salud. Promediando un 38% del total de los fallecimientos registrados en el país.
Según la Revista Senesciencia de la Universidad de Barcelona sobre salud y bienestar, un paciente empoderado es un paciente con capacidad para decidir, satisfacer necesidades y resolver problemas, con pensamiento crítico y control sobre su vida. Un paciente empoderado tiene que estar informado, ha de disponer de las nociones suficientes para entender la enfermedad y su tratamiento. Corresponde a los profesionales de la salud transferir los conocimientos y las habilidades para que el ciudadano sea capaz de escoger entre las opciones que tiene al alcance y actuar en consecuencia.
La colaboración del paciente permite personalizar los tratamientos, adaptarlos a las condiciones de vida de cada individuo y aumentar su seguridad. Además, se ha demostrado que confiar en el enfermo tiene efectos positivos en su recuperación.
Se trata de un modelo menos paternalista, basado en la participación del ciudadano tanto a la hora de tomar decisiones como en el autocuidado. Elecciones respecto a los hábitos de vida, el ejercicio, la alimentación o la correcta toma de medicamentos, pueden influir directamente en la evolución de la patología. De hecho, el grado de implicación del paciente suele ser determinante en el balance global del tratamiento. En todo caso, lo que se hace evidente es que hay que incorporar al paciente como agente activo en el sistema sanitario y procurar que esté dispuesto a cooperar y corresponsabilizarse de su salud.
La mayoría de los casos de la enfermedad cardiovascular están relacionados con hábitos de vida (estilo), factores bioquímicos y fisiológicos modificables.
La modificación del riesgo cardiovascular ha demostrado su capacidad de reducir la mortalidad y la morbilidad por enfermedad cardiovascular, muy especialmente personas de alto riesgo. El riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares depende del perfil individual, de factores de riesgo, el sexo y la edad, siendo mayor en hombres de edad avanzada con varios factores de riesgo, que en mujeres más jóvenes con pocos factores de riesgo.