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Los partidos en la reforma de Abinader

El Presidente Abinader, to­davía con buen capital político, se ha abande­rado de las reformas al Es­tado y, en ese papel, presi­dió la segunda reunión de partidos y organizaciones del país el pasado miérco­les, en una semana en que la atención se centró en un operativo de las autorida­des norteamericanas y na­cionales en contra de redes de narcotráfico, que aca­paró la atención pública: Este año cuatro legislado­res de la cámara baja – un feo record - han sido arras­trados por este delito.

En las ciencias políticas se habla de partidos catch-all party -atrápalo todo-, una expresión desarrolla­da por Otto Kirchheimer, en relación con las orga­nizaciones, que sin ponde­rar cuestiones ideológicas o de otra índole, premian o se ven obligadas, a lanzar redes populistas de alian­zas con todo el que apor­te algo, electoralmente ha­blando: El PRM responde a este concepto, pues co­mo organización nueva se vio forzado a todo tipo de alianzas, internas y exter­nas y, ese es el resultado, lo que no quiere decir que otros partidos nacionales no hayan sufrido también este mal.

Al Luís Abinader, elec­to, se le vio con el bistu­rí – escogiendo el recurso humano más transparente que pudo - haciendo cor­tes para las designaciones del tren del Gobierno y, en principio, logró ese obje­tivo. A un año algunos le adjudican incompetencia o falta de preparación en ciertas áreas, empero no corrupción como práctica normal.

Enfrenta al iniciar el se­gundo año los efectos post pandemia – aunque esta se mantiene tenuemente -, especialmente los econó­micos, la carestía de pro­ductos básicos y el des­empleo, como banderas, empero también el resur­gimiento de la delincuen­cia y, no se debe menos­preciar, el efecto de los problemas de energía y el tráfico por su capacidad de irritar a la población: Esos problemas durante la eta­pa Covid 19, redujeron sus efectos. Pero, que na­die espere descalabro eco­nómico, pues inteligente­mente, al iniciar el año con una emisión de deuda cu­brió el déficit presupues­tario y, una buena parte de esos dólares permane­cen sin usar cuando vamos al tercer trimestre del año; están hábiles para cual­quier contingencia.

En ese marco – sin que haya un requerimiento so­cial de reformas – el Eje­cutivo inicia las conversa­ciones relativas a estas en la aparente idea de que pueden ser su legado…, no obstante que todavía tiene abierto y sin oposi­ción interna, el camino de la repostulación, en con­secuencia, es temprano, cuando está pendiente el día a día en la tarea de go­bernar.

Hay quienes piensan que los retoques a la Cons­titución, en muchos casos – aunque no son todos ma­los - son poco trascenden­tes y en otros, pueden ser hechos a través de la ley. Puesto que las reformas, casi todas, requieren de mayoría calificada que el PRM no tiene; el Gobierno podrá siempre decir que no se aprobaron por cul­pa de la oposición…, pero a esta no le importa por­que ese tema no está en la agenda de la mayoría y, casi, ni siquiera en la de las elites urbanas.

Viniendo de la reforma de 1994, puntual para el sistema político y del po­der judicial para poner fin a una crisis política gra­ve, a la siguiente del 2002, que fue un error para una coyuntura electoral, la única reforma real desde 1966 fue la del 2010 pues reformulo la República li­beral en Estado Social y Democrático de Derecho y, fue por tres motivos bá­sicos, el primero Leonel consiguió involucrar a las elites, el segundo, muchas de las reformas eran ob­viamente sentidas y ne­cesarias y tercero, él te­nía votos suficientes para pasarla: Ninguna de esas condiciones se dan ahora.

El Gobierno plantea la corrección de un error de Fernández que fue la in­clusión del Procurador en al Consejo Nacional de la Magistratura, algo que en este momento, a nadie preocupa; según parece aprovechando la acepta­ción de la Procuradora Ge­neral – independiente por la ley y por su propio ca­rácter – plantea la modifi­cación de la Constitución para que dicho órgano sea – no más independiente, sino autónomo y sin con­trol, algo totalmente con­trario a la democracia y, la gente se asusta: ¿Y Si ma­ñana ese cargo no lo ocu­pa Miriam German? Eso en donde quiera que se hi­zo terminó en desastre.

Las reformas parece que están llamadas a dar vuel­tas en la mesa de comisión en comisión, empero hay una que no puede esperar, la Reforma Fiscal.

El país, más que el Go­bierno, requiere de una reformulación de las exen­ciones que alcanzan unos RD$ 116,220.5 millones- en particular revisar mi­nería y turismo-, así co­mo del Impuesto Sobre la Renta y el Patrimonio que montan otros RD$ 60 mil millones e Hidrocarbu­ros con RD$ 16,017 millo­nes, excluyendo expresa y únicamente, generación; empero, el Estado, pa­ra garantizar el derecho de propiedad debe revi­sar además la ley de su­cesiones, pues hay miles de dominicanos que nun­ca podrán titular sus bie­nes – por las moras - y, en otros, recibir el pago de bienes declarados de uti­lidad pública o destinados a parques. En este último sentido, el Gobierno debe presentar una ley que re­gule el pago de ese pasi­vo constitucional pendien­te desde la Era de Trujillo, sin afectar – solamente – los tres años de esta Admi­nistración porque anual­mente son decenas de miles de millones en el fu­turo cercano.

¡Las reformas! Claro que algunas son necesarias, co­mo es el caso – también - de la Reforma Electoral, recién reformada hace unos dos años… que ha sido un de­sastre y vamos por el cami­no: Querer reformas y ha­cer buenas reformas, son dos cuestiones distintas, en la fiscal y electoral, mu­chos debemos anotarnos de gratis… porque son ne­cesarias y el tiempo alcanza para aprobarlas y ejecutar­las, aunque las circunstan­cias de confrontación polí­tico partidaria, no ayudan: Ni los más ingenuos vemos posible apoyo político a las reformas.

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