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EN LA DIANA

Reformas y déficits

Primer Tiro La reforma fiscal no puede ni debe limitarse a reducir el déficit y la deuda del Sector Público no Financiero. Debe incluir y contemplar la reducción de los demás déficits: el de las empresas públicas eléctricas y el del Banco Central. Si no los incluye, será más de los mismo, pues esos déficits son también deuda pública que se incluyen en el análisis de la sostenibilidad del monto consolidado de la misma, y mientras no se incluyan, las nuevas reformas retornaran de manera indefinida. El asunto debe ser especialmente considerado en la situación actual, en la que el Gobierno presenta un superávit fiscal y el mercado cambiario una reducción del tipo de cambio (lo cual facilita enormemente cualquier operación de intercambio y consolidación de deuda pública), y sobre todo, en la que también se inicia un proceso de discusión y debate sobre las reformas que son necesarias para la competitividad y la sostenibilidad de la deuda publica consolidada.

Segundo Tiro Una forma de resolver el problema del déficit cuasi fiscal es mediante la absorción por parte del Ministerio de Hacienda (MH) de parte de la deuda del Banco Central (BC), a través de una operación de sustitución de los títulos con vencimiento a más de seis meses de esta última entidad. Hay varias arquitecturas posibles, pero una rápida y efectiva seria la colocación por parte del MH de títulos de largo plazo por el monto de los valores colocados por el BC a los citados plazos, y la compra simultanea de dichos títulos en el mercado secundario. Posteriormente el BC y el MH firmarían un acuerdo interinstitucional mediante el cual la primera entidad elimina las cuentas por recibir del Gobierno y renuncia a la emisión de títulos con plazos de más de seis meses, mientras que la segunda elimina el valor de los títulos del BC de sus activos. Según proyecciones de la situación actual, esta operación aumentaría los gastos de intereses del MH en solo RD$9,209.1 millones por encima del 0.7% del PIB que siempre se presupuesta como transferencia al BC, y eliminaría las pérdidas de esta institución, logrando su plena capitalización.

Tercer Tiro Para enfrentar el déficit eléctrico se puede constituir un Fideicomiso o una Alianza Publico-Privada, cuyo objetivo sería alcanzar la maximización del Índice de Recuperación de Efectivo (CRI, porcentaje que cobran las EDEs del valor total de la electricidad que compran), equivalente a colocarlo en la frontera del 90%, en un periodo máximo de cinco años. La arquitectura de cualquier figura a utilizar incluiría el aporte por parte del Gobierno de todos los activos de distribución en manos de las EDEs, y el compromiso social de que “el que la usa la paga”. Aunque el valor actual del CRI es de 64%, una inversión masiva en reducción de perdidas, una gerencia de cobro efectiva, y el apoyo social para lograr que todo el que la use la pague, son factores que pueden hacer factible que el valor de dicha variable se ubique en el entorno del 90% en cinco años. El pago del déficit eléctrico, a diferencia del cuasi fiscal del BC, no se puede posponer. Pero incluir ambos en las reformas es una condición necesaria para el éxito de las mismas.

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