IDEANDO
Bancos de voces
El uso de talentos extranjeros para diversos tipos de producciones publicitarias locales no es cosa de este tiempo.
Es una práctica vieja, aunque su mayor auge lo ha tenido en la actualidad con la diversidad de servicios que la tecnología pone al alcance de la industria publicitaria con facilidad espantosa.
En esta ocasión solo me referiré a la plataforma que oferta bancos de voces para producciones de radio, televisión y redes sociales.
Yo puedo, desde mi oficina, obtener los servicios de locutores de cualquier parte del mundo para desarrollar campañas publicitarias con su voz. Es una diversidad de opciones que tengo a mi alcance solo con un click. De hecho, existen empresas locales que ofrecen estos servicios y asumen la responsabilidad plena de todo lo que el mismo encierra.
Pienso que no hay agencia del país que no haya apelado a este recurso.
La razón es simple. Mediante este mecanismo es posible conseguir voces muchas veces inéditas en el mercado, lo que garantiza una relativa exclusividad para la marca a publicitar; pero al mismo tiempo también se obtienen costos de producción competitivos.
Y todo dentro de un rango cualitativo de tanta excelencia como la que se puede conseguir en el país.
Este fenómeno de importación de voces se lleva a cabo en el país sin que los talentos comerciales nativos se levanten y protesten, dado el hecho de que la mayoría de los que hacen este trabajo localmente, también ofertan sus servicios en estas plataformas virtuales y son utilizados por agencias publicitarias y marcas extranjeras.
Existe un libre mercado de oferta y demanda que le da oportunidad al talento criollo, pero que al mismo tiempo estrecha su participación localmente y hace muy competitivo el servicio.
Antes, tanto México como Argentina, regulaban estos servicios para proteger a sus profesionales de la voz, pero eso hoy es prácticamente imposible hacerlo porque no solo se emplean en radio y tv, sino también en redes sociales, y lograr un monitoreo efectivo de todo lo que se inserta allí es prácticamente imposible