POLÍTICA Y CULTURA
¡Quizás un día se llamará Playa Guido Gil!
Cuando el coronel Simón Tadeo Guerrero puso en libertad a Guido Gil y a Julio César Mota, no tenía ninguna orden expresa de retenerlos. ¿Quién llamó para dar la orden siniestra de la ejecución marcial del doctor Guido Gil? ¿Cuál fue el real motivo de ordenar su asesinato, cuando las autoridades policiales de La Romana, tenían como objetivo controlar y reprimir actividades políticas, sin pasar todavía a las ejecuciones sumarias, sobre todo tratándose como en el caso de Guido, del apoderado legal de los intereses de un sindicato? ¿De dónde provino la orden tardía? ¿Del Coronel Cornielle, jefe de la dotación policial de San Pedro o del coronel Tadeo? Tadeo tuvo siempre fama de represivo que lo ha perseguido históricamente, aunque no de corrupto. Como dato curioso, en 1994, en plena lucha por el desplazamiento electoral del Presidente Balaguer del Poder y cuando se avizoraba la victoria del doctor Peña Gómez en esos comicios, el coronel Tadeo Guerrero apoyó la victoria de Peña Gómez, entregó colaboraciones al líder del PRD, incluso armas y pertrechos militares y un chaleco anti balas, todo dentro del gran movimiento militar de reconocimiento a la victoria de Peña Gómez, que estuvo al punto de ponerle fin al dominio oligárquico tradicional del país. Un querido compañero, Manolín Báez, quien fue apresado varias veces por Tadeo en La Romana, después de abril de l965, recibió las armas y las colaboraciones de Tadeo en aquella crisis de 1994, como parte de un amplio sector militar que apoyaba a Peña Gómez.
Un importante ejecutivo del Central Romana, (empresa que sería adquirida posteriormente, durante el mismo año 1967 por la Gulf and Western), en una tertulia que se realizaba en el reconocido restaurante “Versalles” de Miami, Florida, todos los sábados, le dijo a un historiador dominicano, quien está vivo, y quien había hecho trabajos de investigación sobre plantaciones azucareras, que él había dado la orden para la ejecución de Guido. ¿Cómo se concibe que en un país con un ordenamiento territorial y jurídico independiente, un funcionario de nacionalidad cubana norteamericana decidiera una acción de esa naturaleza? Según el testimonio ofrecido al historiador, ese funcionario cubano norteamericano, le dijo que la decisión de desaparecer a Guido fue dictada porque había recibido la información de que en una reunión de obreros en el local del Sindicato, se había hablado de secuestrar a los hijos de ese funcionario, con fines de presión laboral, y de que, quien había supuestamente presidido esa reunión, era Guido Gil, por lo que decidió desaparecerlo como “disuasivo”. El dato carecía de sustentación. Nunca se produjo de parte de Guido, alusión a un supuesto secuestro de los hijos del funcionario del Central. No era política de los grupos de izquierda secuestrar niños, no hay ningún precedente en toda la historia de nuestro país de un solo caso como ese. Reapresado en Macorís, Guido fue llevado a Higüey, desde donde se le envió al otro día a La Romana nuevamente, pero esta vez se le llevó a la que entonces era una playa solitaria, en horas del atardecer del 18 de enero de 1967.
Lo acompañaban tres agentes policiales, entre ellos el cabo Baldemiro Jiménez, alias “Mirito”, a quien se le gratificó luego con una parcela de plantación de caña de azúcar. Uno de los tres, resultaría ser el dirigente del PRD de la seccional del barrio obrero en San Juan Puerto Rico en 1976. Agonizando en su lecho de muerte me relató los últimos instantes de Guido. Desahuciado no quería morir sin confesarse ante mí. Esa playa se llama “Las Minitas”, que quizás un día se llamará Playa Guido Gil.