Inicia desescalada Covid

Con el cese del toque de queda para Santo Domingo y La Altagracia se inicia la desescalada de las fuertes medidas que durante 525 días sufrió la población de la principal ciudad dominicana.

Esta disposición presidencial, que precede a la celebración del primer año de gobierno de Luis Abinader y el PRM, abre muchas expectativas sobre el impacto que tendría en la salud, la economía y la política. El encierro y supresión de las libertades que entrañó el toque de queda nunca fue aceptado de buen grado, pero fue inevitable para controlar el ritmo de contagios y evitar el colapso del sistema sanitario nacional. Ahora entramos en la etapa de menos restricciones sin la población totalmente vacunada y con presiones al uso de mascarillas y limitaciones para reuniones.

Las demás provincias de la geografía nacional tienen en sus ciudadanos la posibilidad de que la mayoría estemos vacunados con las dos dosis y se verá si es necesario, como han dicho, una tercera dosis.

La semana próxima los empleados públicos se reintegran de forma presencial y se iniciará la docencia de forma similar. Este es el nudo de las expectativas porque el contacto físico abre la posibilidad de contagios como ocurre con la gripe que se propaga por el intercambio entre condiscípulos. Esta nueva fase de intercambio y manejo mostrará si habrá que retomar las desagradables medidas de control. Muchas veces las medidas sanitarias tienen su contenido político y la eliminación del toque de queda impuesto por el gobierno de Danilo Medina también lo es. La administración de Abinader quiere seguir en el cambio y la población los anhela como ocurre con la lucha contra la corrupción.

Esta normalización también abre las puertas a la confrontación política. El PLD y el PFP están desacostumbrados a la oposición y por diferentes razones están compelidos a actuar con mayor vigor al abandonar el calentamiento y asumir una nueva posición a partir de mañana.