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EN LA DIANA

Sector eléctrico y deuda pública

Primer Tiro Las transferen­cias presupues­tarias corrientes a las empresas eléctricas (des­tinadas a cubrir subsidios ta­rifarios y déficits operativos) de los últimos cinco años han promediado el 0.6% del PIB. El déficit de las empre­sas públicas eléctricas expli­ca en promedio el 20% del déficit del Sector Publico no Financiero. El mismo se de­be a la ausencia de una tarifa que refleje completamente los costos marginales de ge­neración y distribución, y so­bre todo, por las exageradas e inaceptables pérdidas de las empresas distribuidoras. Mientras más crece el déficit del sector eléctrico, más cre­ce el déficit fiscal y mas au­menta la deuda pública. En la actualidad, de cada 100 dólares de energía que las distribuidoras compran a las generadoras, solo 62 retor­nan al flujo de caja de dichas empresas. Aumentar la ge­neración de electricidad, y la compra de la misma por par­te de las distribuidoras, sin antes eliminar esta situación, completamente insostenible, sería como tratar de llenar un barril sin fondo.

Segundo Tiro Dado que es muy poco pro­bable que el Pacto Eléctrico recientemente firmado con­duzca a una solución del gra­ve problema planteado, se hace necesario el diseño y apli­cación de una estrategia que conduzca a una salida del Es­tado del negocio de la distribu­ción, con un socio que asegu­re las inversiones requeridas para reducir las perdidas y au­mentar la eficiencia de las re­des de distribución, y otra es­trategia orientada a acelerar el cronograma de la entrada en vigencia de una verdadera ta­rifa técnica que refleje perma­nente los costos marginales de generación, transmisión y distribución. Al final, el Pacto Eléctrico y el Pacto Fiscal ten­drán que recorrer el mismo ca­mino, uno al lado del otro, y durante esa marcha es seguro que será necesario considerar la venta de otros activos eléc­tricos en poder del Gobierno, lo que contribuiría a la sosteni­bilidad y solvencia de la deuda pública, siempre y cuando los ingresos obtenidos por la ven­ta de dichos activos, o parte de ellos, sean aplicados a la amor­tización de la citada deuda.

Tercer Tiro El año pasado el valor de las acciones del Estado en EGE/Itabo era de RD$ 2,632.2 mi­llones, los cuales generaban Ingresos antes de Intereses, Amortización y Depreciación (EBITDA) de RD$ 1,043.9 millones, mientras en el caso de EGE/Haina, estos montos eran RD$ 10,192.5 millones y RD$ 1,640.1 millones, res­pectivamente. Las EBITDA de EGE/Haina son equiva­lentes a US$ 33.4 millones anuales. Si se supone que dicha central tendría una vi­da útil de 20 años, y que un inversionista interesado en comprar las citadas accio­nes aplicaría una tasa de des­cuento con una prima de 150 puntos básicos por enci­ma de la tasa de interés de la deuda con garantía sobera­na, el valor de los activos en dicha empresa ascendería a US$ 344.4 millones. Apli­cando la misma rutina de cálculo al caso de EGE/Ita­bo, el valor sería US$ 219.6 millones. A los precios in­ternacionales actuales del carbón, y de venta del KWh en el mercado local, y to­mando en cuenta los de­más parámetros técnicos, Punta Catalina podría ge­nerar un promedio anual de US$ 223.2 millones de EBITDA, lo que significa que el valor de mercado de este gran activo de gene­ración seria de US$ 2,301.6 millones. Sume y reste estos valores de la deuda pública, y sea usted el jurado.

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