FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO
La sirena me despertó
No todas las cosas que nos molestan son negativas. Imagínate después de una mañana de arduo trabajo físico, sentarte a disfrutar de un delicioso almuerzo dominicano, el reloj marcando las 12 del mediodía, la mesa bien adornada con arroz, habichuelas, carne, fritos maduros y unas buenas tajadas de aguacate. Unos minutos después de culminar tu suculento almuerzo, acompañado de una champola de tamarindo, zassss, caes rendido en un sueño profundo.
Y justo ahí, cuando te encuentras en el mejor momento, deseando seguir disfrutando de los encantos de Morfeo, suena una alarma despertadora, o como sucedió en mi caso, la sirena estrepitosa de una ambulancia, que aunque me enfureció con su imprudente bulla, no puedo negar que no hacía más que cumplir con su noble deber.
Desperté de un brinco, molesto, pero al ver el reloj pude darme cuenta de que casi se me pasaba la hora de una reunión y esa sirena, sin saberlo, había evitado un gran descuido. ¿Y a ti? ¿Te ha sucedido que algo que al inicio aparenta ser una gran molestia, termina siendo justo la “sirena” que necesitabas para despertar a tiempo?
Muchos en estos tiempos viven en una eterna “siesta espiritual” en la que tienen los sentidos corporales bien despiertos, pero el espíritu aletargado. La vida se complementa con retazos positivos y negativos que invitan a comprenderla y amarla tal como es.
Ruido por aquí, griterío por allá, orquestas de bocinas y tantos otros elementos que se suman a ese desconcierto.
Cualquiera daría parte de su vida para construir un mundo sin ruido, aunque el ruido es parte de ese mundo y sin él no habría una variedad equilibrada que permita disfrutar de los tiempos bonitos y difíciles a la vez.
Los eventos actuales nos llaman a enfocar nuestra existencia desde otro punto de vista. Estamos llamados a ser felices, rompiendo el antiguo molde de lo rutinario y sumergiéndonos en la maravillosa aventura que proviene de Dios, el que siempre sorprende. Pidamos al Señor que en este día de Pentecostés que se acerca, toque las sirenas que nuestras vidas necesitan para que despertemos a nivel espiritual y que al llegar el momento de encontrarnos con El, no nos encuentre roncando, sino que podamos despertar a una vida nueva.