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IDEANDO

Grandes subestimados

Muchas de las figuras que hoy son íco­nos en su oficio o pro­fesión, o que trascendieron y lograron la universalidad des­pués de muertos, fueron sal­vajemente subestimados en su momento. Su gloria la al­canzaron después de haber si­do ignorados por sus iguales y por la crítica contemporánea.

Ha sucedido con escrito­res, cantantes, pintores, libros, agrupaciones musicales, etc.

En Busca del Tiempo Per­dido fue considerada por mu­chos editores como una nove­la aburrida cuando se publicó. Sin embargo, hoy es una de las obras cumbres del siglo XX, y posiblemente la obra que in­mortalizó a su autor, Marcel Proust.

Hermann Hesse, además de haber sido premio Nobel de literatura y un escritor po­pular en su lengua, durante mucho tiempo fue un igno­rado y menospreciado. Carl Jung, un psiquiatra suizo, ca­talogó la técnica de Pablo Pi­casso como algo indigno de una galería de arte. Decía que sus obras eran esquizofrénicas e incluso satánicas.

Oprah Winfrey fue recha­zada en principio como repor­tera porque un productor de televisión de Baltimore consi­deraba que ella no transmitía ningún tipo de emoción. De hecho, fue despedida por tal motivo, en ese inicio traumáti­co y desalentador. Sin embar­go, es hoy una figura de reco­nocimiento mundial.

Eddie Bond, líder de una banda musical donde Elvis Presley probó suerte por pri­mera vez, luego de la audición le dijo: dedícate a conducir ca­miones (ya él lo era para en­tonces) porque nunca llegarás a ser cantante. Los Beatles, el grupo británico de pop más fa­moso y popular del mundo en los años 60, antes de su éxito universal, fueron desprecia­dos porque a juicio de algunas casas disqueras de la época, “dudaban que ese sonido rui­doso pudiera agradarle a al­guien”.

Lo que queremos enfatizar es que muchas veces el juicio de la contemporaneidad no determina la trascendencia de una obra. Es el tiempo que pone en su justo lugar a cada quien. Por tanto, la consigna debe ser: si tienes fe en lo que haces, nunca desmayes, nun­ca te rindas, para que nadie derrumbe tus sueños.

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