¿Qué país es este?

El país pedía a gritos un cambio, pero no un quítense ustedes que venimos nosotros a dirigir medalaganariamente el Estado, ni a seguir el reparto descarado, cuando no el hurto de los dineros del pueblo dominicano.

Un cambio donde desde el Presidente de la República hasta el mensajero del cabildo de Elías Piña sea igual ante la ley y la justicia, con derecho a un empleo, salud y educación y una vivienda digna.

Un cambio donde el Congreso Nacional sea total y absolutamente respetado, no un sello gomígrafo del Presidente ni del partido de gobierno. Un cambio donde la justicia sea real y absolutamente independiente, donde la corrupción no tenga despacho ni amigos y familiares del Presidente de la República ni de ningún funcionario. Un cambio donde el Presidente, su esposa y sus hijos, su madre y hermanos sean de carne y hueso y cada quien siga en lo suyo sin medrar ni beneficiarse de los dineros ni favores del gobierno. En el cambio y el cambio vino con la persona de Luis Abinader Corona, el hijo de un educador y político medularmente honesto y de una ama de casa al servicio de su familia y en amor a los suyos, igual que todas las madres nuestras.