PENSANDO
Reflexiones en tiempo de delincuencia
La sociedad dominicana se ha visto abocada a analizar con el peso de la razón las inconductas que los mal llamados políticos han ejercido en detrimento de su deber, de cara a los derechos que sobre guardan la estabilidad de los ciudadanos en el seno de la sociedad.
Son muchos los lamentables despropósitos que han salido a la luz pública, dejando una gran decepción al ver truncadas sus aspiraciones y reivindicaciones, en un sistema vulnerado por el desfalco y la falta de institucionalidad, que han agredido de manera criminal la repartición equitativa del patrimonio de todos.
En su obra “La voz del maestro”, Khalil Gibran expresa que un político que dice para sus adentros “Voy a valerme de mi patria en beneficio propio”, no es más que un parásito que vive de la carne de los demás. En esta etapa delincuencial, la experiencia que nos ha tocado es la de un servidor público que no proporciona bienestar ni prosperidad a su pueblo, cometiendo toda clase de tropelías, estimulando así la ilegalidad en cualquier acción reprensible.
El mérito de un hombre está en sus acciones.