Despertar en la realidad

Al despertarnos de un profundo sueño por la percepción de muchos años de experiencia y dolosas decepciones, pudimos ver la verdad que se ocultaba, al enfrentar una realidad que había socavado los valiosos principios recibidos en la formación hogareña.

Comprobamos la pérdida del pudor y el valor que diferencian a los que aprecian el buen proceder y las buenas acciones, de los que irrespetan la honradez dentro de una sociedad.

Las pruebas, acusaciones y contra acusaciones que percibimos al despertar ese día, nos hicieron reflexionar sobre lo que escribió Khalil Gibram en su libro “El Loco”: “Ladrones, ladrones, malditos ladrones”; y tras los gritos escuché la voz de los vecinos que exclamaron: “Está loco, está loco”; pero así, por primera vez, la luz alumbró nuestro desnudo rostro y nuestra alma se encendió con el calor que da una visión más clara, al perder la máscara que por muchos años tapó la realidad de lo que hoy nos aqueja.

Ahora, al amanecer, podemos exclamar: ¡Benditos, benditos sean los ladrones, que nos robaron nuestra máscara!, porque así el país también “despertó” en la realidad para beneficio de su futuro.