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EL INFORME OPPENHEIMER

Las grandes oportunidades de América Latina

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ANDRÉS OPPENHEIMERSanto Domingo

En medio del pesimismo reinante por la actual cri­sis económica, América Latina tiene una oportunidad de oro para crecer gracias a varias nue­vas tendencias mundia­les. Pero la gran pregunta es si la región sabrá apro­vecharlas, en lugar de dis­traerse con estupideces.

En primer lugar, cada vez más empresas multi­nacionales están mudan­do sus fábricas de China a otros países manufactu­reros. Eso podría ser una bendición para México, Colombia y otros países la­tinoamericanos.

Las multinacionales es­tadounidenses, incluidas las que fabrican respirado­res requeridos por los hos­pitales por la pandemia de coronavirus, se vieron pa­ralizadas a principios de año cuando sus fábricas en China cerraron por la pan­demia. Ahora quieren di­versificar sus fuentes de su­ministros para que no les vuelva a pasar lo mismo.

Además, muchas multi­nacionales estadouniden­ses con plantas en China temen que la guerra co­mercial entre Estados Uni­dos y China continúe, y están preocupadas por el aumento de los costos la­borales en China. Para no depender exclusivamen­te de China, algunas están mudando sus fabricas al resto de Asia, o a otros paí­ses más cercanos a Estados Unidos. Los economistas llaman a esta última ten­dencia el “near-shoring”.

Según estudios internos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hay unos $80,000 millones en productos importados por Estados Unidos de China por año que podrían ser re­emplazadas por exporta­ciones latinoamericanas. Incluso si América Latina reemplazara solo una frac­ción de esas exportacio­nes chinas, sería una ben­dición para las economías latinoamericanas.

“Es una oportunidad in­mensa para la región”, me dijo el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, en una entrevista. “Cuan­do se cerraron las fron­teras mundiales por el COVID-19, la mejor expe­riencia que tuvieron las em­presas fue aquí mismo, en el hemisferio occidental”.

En segundo lugar, el presidente electo Joe Bi­den ha prometido aprobar un paquete de estímulo de $3 billones para Esta­dos Unidos, que junto con la vacuna COVID-19 haría crecer la economía de Es­tados Unidos y el mundo.

Incluso si el Congreso no aprueba un paquete econó­mico tan grande, es proba­ble que la economía de Es­tados Unidos crezca hasta un 4% el próximo año. Eso daría lugar a más importa­ciones estadounidenses de América Latina y más re­mesas familiares de inmi­grantes latinoamericanos a sus países de origen.

En tercer lugar, Biden ha prometido aprobar una re­forma migratoria podría darle estatus legal a mu­chos de los 11 millones de indocumentados. Eso sig­nificaría mejores trabajos para ellos y más remesas a sus países de origen.

Cuarto, la pandemia de COVID-19 ha acelerado la tendencia global hacia el trabajo en línea. La di­gitalización hará que sea mucho más fácil para los contadores, ingenieros de datos, diseñadores de pá­ginas web, artistas y otros trabajadores del conoci­miento de Argentina, Chi­le, Colombia y otros países exportar sus servicios a to­do el mundo.

Eso ya está sucediendo. Las plataformas globales de trabajo en línea como Upwork.com, Toptal.com y Designhill.com están cre­ciendo como nunca.

Upwork.com, que co­necta a trabajadores fre­elance con empleadores en 180 países, tiene 18 mi­llones de trabajadores re­gistrados y más de 5 mi­llones de empleadores en línea. En 2014, tenía solo 8 millones de trabajadores registrados y 2.5 millones de empleadores.

Pero, claro, los países latinoamericanos tienen que aprovechar estas me­gatendencias. Desafortu­nadamente, muy pocos de ellos están trabajando ac­tivamente en atraer a las multinacionales o fomen­tar sus exportaciones de servicios del conocimiento y culturales.

Colombia lo está hacien­do, pero México y Argenti­na no. En lugar de gastar sus energías en convertir a México en la fábrica de las Américas, el presiden­te de México, Andrés Ma­nuel López Obrador, pare­ce obsesionado con cosas como recuperar el pena­cho del emperador Moc­tezuma de Austria, y exi­gir una disculpa de España por los crímenes cometi­dos durante la conquista hace cinco siglos.

¡Despierta, Latinoamé­rica! ¡Es el momento de atraer fábricas de Asia y mejorar la calidad educa­tiva para poder exportar más servicios en la nueva economía digital! ¡En me­dio de la crisis, hay nuevas oportunidades que no se pueden desperdiciar!

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