COLABORACIÓN
Los tres caballos salvajes que hay que domar
El gobierno anunció que es inevitable consensuar una reforma fiscal integral el próximo año y ponerla en vigencia al final del primer semestre.
También, afirmó que la ley eléctrica tiene que ser promulgada para lo cual hay que superar los escollos existentes para ponerla en vigencia.
Falta la mas difícil. El Código Laboral que requiere una urgente modificación para ponerla a tono con la realidad económica actual.
Hay otras reformas en carpeta, pero estas tres son las que demandan una solución rápida antes que cualquier otra. Abordar las tres reformas juntas podría ser contraproducente ya que le abrirían tres frentes de batalla al gobierno.
El tema fiscal siempre es espinoso, crea fuerte pasiones y conflictos y nadie quiere aceptar que es necesario mejorar las recaudaciones y la calidad del gasto. Ningún sector quiere verse afectado ni perder los beneficios que reciben vía exoneraciones y excepciones y los contribuyentes no quieren saber de aumentar el ITBIS, el ISR, o el IPI y mucho menos quitarles las excepciones a los productos básicos.
Un ejemplo de ello es el barrilito y el corralito, que la mayoría de los congresistas quieren mantener pero que inevitablemente formaran parte la reforma fiscal.
El tema eléctrico es quizás el mas cercano a una solución definitiva. Ya se ha consensuada gran parte de la nueva ley y lo que falta puede resolverse relativamente rápido.
Donde esta el mayor cuello de botella es en el viejo Código Laboral. Dentro de muchas cosas que hay que actualizar una es de tremenda importancia para las empresas de cualquier naturaleza y para la economía en general. Nos referimos a la doble tributación o el pago de la cesantía y de las pensiones.
La gran y creciente informalidad en el sector de las micro y pequeñas empresas, no se deriva de los impuestos, como muchos creen. Se deriva de costo de la seguridad social. Muy pocas de esas empresas soportan tener que pagarle al trabajador un seguro médico, una pensión y además cesantearlos al terminar su trabajo.
Tampoco las medianas empresas lo soportan, aunque sobreviven a base de pagar salarios de miseria.
¿Como podemos ser competitivos bajo esas condiciones laborales a la que se suma un precario servicio eléctrico y un régimen cambiario con sesgo anti exportador?
Es difícil domar caballos. A veces los domadores caen y vuelven a montarse hasta que el animal este controlado.