PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA
Cromwell no fue rey; fue lord protector
En 1649, con la ejecución de Carlos I, Oliver Cromwell gobernó Inglaterra instaurando una dictadura militar de corte puritano. Más tarde, los americanos, franceses, bolcheviques, fascistas, nazis, y toda la flora y fauna revolucionaria postularía que la historia empezaba con ellos. Nada anterior servía. Los creyentes se ufanaron de gobernar con la bendición de Dios, los ateos contaron con la de San “materialismo dialéctico”. El nuevo sello de la República de Cromwell llevaba esta inscripción: “el año primero de la libertad, restaurada por la bendición de Dios”.
En 1653 con insultos y armas, Cromwell disolvió el parlamento, pidiéndoles a las diversas congregaciones puritanas que enviasen hombres píos para representarles, con ellos, Cromwell formó su nuevo parlamento, un sanedrín de santos.
Según Salvador Giner, una facción de los partidarios de Cromwell esperaba el regreso de Jesucristo para la Quinta Monarquía (luego de Babilonia, Persia, Grecia, Roma). Los hombres píos aspiraban a la instauración del Reino de Cristo en la tierra. Querían acabar con las diferencias económicas. Se apoyaban en las profecías de Daniel. ¡Sus motivos partían de una mentalidad medieval! Los puritanos tenían el destino manifiesto de organizar el mundo según sus ideas. Esta obsesión típicamente puritana emergerá nuevamente en los Estados Unidos del siglo XIX. Este parlamento de los santos en el cual estaban representadas diversas sectas religiosas, no logró aprobar las medidas que creasen un consenso institucional y religioso para gobernar Inglaterra. También fue disuelto.
Cromwell había dirigido la rebelión contra las arbitrariedades de Carlos I, no podía ahora coronarse rey, así que asumió el título de “Lord Protector” durante los años 1653 - 1658. Tenía el poder de disolver el parlamento con la mayoría de votos de un Consejo de Estado, pero el poder verdadero de Cromwell residía en el ejército.
Realizó un ensayo de militarización de Inglaterra que duró un año para enfrentar a los enemigos internos, por ejemplo, una sublevación de corte realista. Internacionalmente, se batió y derrotó a Holanda (1652 – 1654), la rival marítima. Contra España armó la expedición de Penn y Venables que fracasó en La Española, “obra de sus propias debilidades organizativas y militares, más que de una acción defensiva extraordinaria de parte de la Española.” (Moya Pons, 1977, 86), pero logró capturar Jamaica, posesión inglesa desde 1655.