Manuel Mora Serrano

Todos los escri­tores dominica­nos que hasta la fecha han si­do galardona­dos con el Premio Nacional de Literatura tienen méritos de sobra para merecerlo. No sé cuál o cuáles son las virtu­des que hay que poseer para merecer este preciado reco­nocimiento, pero estimo que la calidad del escritor, su en­trega al oficio y la vastedad de su producción, deben ser cualidades ponderables a la hora de la selección.

Siendo así, para todos los que hemos seguido de cerca la labor intelectual de Manuel Mora Serrano y conocemos su pasión, sus aportes didácticos, su producción literaria, su ac­tivismo cultural como miem­bro y mecenas de grupos lite­rarios, su prolífera producción narrativa, periodística y poé­tica, sus investigaciones sobre escritores y movimientos ge­neracionales, su rabiosa defen­sa a los escritores de provincia, nos parece que es un candi­dato con méritos de sobra pa­ra tal distinción. Manuel Mo­ra Serrano ha sido un escritor consagrado. Ha dedicado su vida a la literatura y lo ha he­cho desde varios géneros con mucha notabilidad. En 1979 fue premio Siboney con la novela Goeíza, obra dedica­da al rescate de la ciguapa, un personaje de la mitología dominicana. Se destaca en su bibliografía la noveleta Juego de Dominó, Decir Samán, El Día que Dios Oye al Pobre, El Precio del Fervor, El Angel Plá­cido, Antología Poética de Do­mingo Moreno Jimenes, Espa­ñol 6 : literatura dominicana e hispanoamericana, entre otros aportes que enriquecen la inte­lectualidad del país.

Aunque los premios no consagran a los escritores, es­tas preseas son halagos que complacen y regocijan la vanidad de los hombres que dedican su vida a pensar procurando los más eleva­dos encantos de la palabra y las ideas. Si el Premio Na­cional de Literatura es un reconocimiento a la labor literaria de un autor duran­te toda su vida, entonces la pasión y la tenaz persisten­cia de Manuel Mora Serra­no, califican para esa gran distinción, hoy, mañana y siempre.