CONTROVERSIA
Una campañita malsana
Contrario a lo que ha planteado una campañita de prensa malsana que se ha llevado a cabo en los últimos días, no es cierto que veinte partidos políticos que no alcanzaron el 1% de la votación hayan perdido la personalidad jurídica conforme a la Ley 33-18.
Los partidos denominados minoritarios que obtuvieron representación congresional o municipal mantuvieron su personería jurídica que está protegida por la Constitución y la propia Ley 33-18 como veremos más adelante.
En nuestro sistema electoral la representación popular tiene rango constitucional. Cuando un elector vota por determinado candidato a senador, diputado, alcalde o regidor, no sólo lo hace por él en términos personales, sino que a su vez, vota para que un partido político determinado tenga representación municipal o congresional; por lo tanto, es un absurdo pretender que pueda desaparecer jurídicamente un partido que tenga dicha representación.
¿Puede desaparecer un partido que tenga uno o más senadores, o uno o más diputados, o uno o más regidores o alcaldes? Constitucionalmente no puede ocurrir. Y también legalmente conforme a lo que establece la propia Ley 33-18 tampoco puede desaparecer, ya que el Artículo 75 en su numeral 3 establece que se pierde la personería jurídica si no se obtiene la representación congresional o municipal. Es decir, que el partido que obtiene esta representación congresional o municipal mantiene su reconocimiento. La Ley no dice en ninguna parte que los partidos que obtienen una representación congresional o municipal pierden su reconocimiento si no obtienen el 1% de la votación.
Igualmente, la misma Ley 33-18 en su Artículo 61 numeral 3 establece que se le concede a los partidos políticos que no hayan alcanzado el 1% de la votación de manera conjunta una contribución económica del Estado consistente en el 8% de la totalidad de los recursos que el Estado destina a los partidos políticos en general.
Es claro, pues, que el interés del legislador fue que aquellos partidos que tengan representación congresional o municipal y que no hayan obtenido el 1% de la votación, no sólo sobrevivan jurídicamente, sino también que reciban apoyo económico del Estado porque forman parte del balance de las minorías políticas necesario en el sistema democrático.
Esos “partiditos”, como les llaman algunos analistas, fueron la clave para que en estas elecciones no hubiera segunda vuelta y Luis Abinader resultara electo Presidente de la República Dominicana en primera vuelta. Lo mismo que ocurriera, tanto con Leonel Fernández como con Danilo Medina en experiencias electorales pasadas y ya había ocurrido en dos de los triunfos del doctor Joaquín Balaguer con el apoyo clave que recibiera del PQD y su entonces presidente, general Elías Wessin y Wessin.
El Presidente electo Luis Abinader y el PRM deben desoír los pésimos consejos que algunos de sus aliados de la sociedad civil le están haciendo, de que apoyen un acto truculento, inconstitucional y antidemocrático que busca hacer desaparecer a los partidos minoritarios que obtuvieron representación congresional y municipales, muchos de los cuales fueron sus aliados clave para el triunfo del 5 de julio.