ORLANDO DICE…
Volverán las golondrinas
Leonel Fernández anunció el congreso de La Fuerza del Pueblo y hasta lo bautizó con el nombre de Juan Bosch, incurriendo en un error frecuente: tomarse como propio manes ajenos.
¿Por qué llamarlo Juan Bosch y no José González Espinosa, quien fuera su fundador? Bosch no puso arte ni parte en el nuevo partido, y además, este se forma a expensa del suyo.
Lo mismo ocurre con José Francisco Peña Gómez y Joaquín Balaguer, cuyos liderazgos son usados de mampara por tránsfugas o disidentes, como si en política no fuera necesaria la identidad.
Lo importante es que Fernández sigue en política, y que su partido tendrá lo que por la prisa no tenía: organismos y dirigentes.
El 4 % da para mantener su reconocimiento, pero no para sentarse a la mesa grande del reparto de los recursos que se otorgan por ley. Tendrá que arañar y con pocas uñas.
El panorama que se crea es interesante, pues permite adelantarse al futuro y entrever que la confrontación entre Fernández y Danilo Medina se dará por otros medios.
Fernández con la FP y Medina con el PLD. No puede decirse que el pleito será parejo, pero sí en mejores condiciones para Fernández. Medina se vio obligado a abortar y la reforma no llegó a nacer.
La habilitación no sigue en pie, pero sí en la mente de los interesados, y tal vez no sorprenda si después de agosto se hacen diligencias, ya no en las cámaras, sino en altas cortes.
Julio Cury podría volver al ruedo.
Elemental. Medina no podría seguir en política y dirigir el partido que le ganó a Fernández, el PLD, si no tiene posibilidades de volver al poder.
La recomposición todavía no se da, pero de seguro que el panorama político cambiará en cuanto al orden, aunque no en los factores.
Habrá Leonel Fernández y Danilo Medina para rato, y el nuevo régimen será decisivo en la refriega: sea que tome distancia o favorezca a uno de los contendientes.
El país no estará con uno ni con el otro, pero observará.