Enhorabuena, Luis Abinader

En medio de la situación que vive el país a causa de la pan­demia del co­vid-19, y luego de largos meses de una agitada cam­paña electoral, se celebra­ron las elecciones en las que el pueblo tuvo la oportuni­dad de demostrar su com­promiso cívico y ejercer li­bremente su derecho de elegir por cuenta propia lo que consideraba más prove­choso para el presente y fu­turo de la nación.

Este proceso confirma que el pueblo se encuentra en la máxima capacidad de trazar las pautas que defi­nan su propio destino, lo que nos hace apreciar ese bien llamado democracia y que nos compromete a mantenerlo y preservarlo.

El pueblo decidió poner su confianza en Luis Abina­der Corona y de la contien­da comicial resultó gana­dor, con un 52.52%, para que rija por 4 años los desti­nos de nuestra nación y nos siga guiando por los sende­ros del progreso.

Cuando a un político el destino lo empuja a cum­plir con los designios que el propio pueblo, el soberano, le impone, lo más juicioso e inteligente es responder a esas exigencias, máxime cuando son derivadas de la voluntad firme de una so­ciedad que ha decidido lo que quiere y desea para el provecho de su futuro co­mo nación.

El compromiso ahora es con los 10 millones de ha­bitantes que esperan que su comportamiento sea cónso­no con la confianza deposi­tada en su capacidad e in­tenciones para conducirnos por las sendas del desarro­llo sostenido.

Son muchos los desafíos que como nación tenemos por delante. Es una delica­da y compleja misión en medio de esta pandemia que nos mantiene atentos noche y día. Como ciuda­dana, me permito dirigirme a usted, señor presidente electo, para recordarle que hay una nación que espera prevalezca un ambiente de paz y armonía.

Que espera por un futu­ro promiosrio para todos, de estabilidad, progreso y bienestar colectivo. Es de todos bien sabido que siem­pre he luchado desde los distintos medios en los que me he desempeñado por la juventud, la promoción de los valores, la educacion, contra la violencia intra­familiar y el galopante au­mento de adolescentes em­barazadas.

Pero sobre todo, por el fortalecimiento de la fami­lia, que debe asumirse con un enfoque estatal, impul­sando un proyecto institu­cional creado para tales fi­nes, el cual englobaría todo lo anterior.

Asumo estos compromi­sos, porque la responsabili­dad de hacer una Repúbli­ca más próspera no es cosa de un partido politico ni de un gobernante, sino de to­dos y cada uno de los ciu­dadanos.

La sociedad espera resul­tados prácticos y que usted actúe en consonancia con lo prometido en su cam­paña. Pido la protección y bendición de Dios para que le dote de la sapiencia ne­cesaria y le otorgue Su luz para que este período de gobierno para el que fue elegido sea fecundo para todos los ciudadanos.