POLÍTICA Y CULTURA
Anotaciones a mi amiga Rosario Espinal
La reputada politóloga, Rosario Espinal, amiga a quien distingo y admiro, señalaba con argumentos teóricos convincentes que era prácticamente imposible desplazar del ejercicio continuado de Gobierno al Partido de la Liberación Dominicano, si no se producía previamente una crisis de carácter económico, en el entendido, de que solamente un fenómeno de esa naturaleza, desestabilizaría el usufructo del poder de esa organización. El argumento en términos de ciclos electorales sugería a nuestro modo de ver, complacencia social de la gran masa de votantes con niveles satisfactorios de sobrevivencia. Hay crisis política cuando el proceso político se altera o se rompe el normal funcionamiento del sistema político, generando incertidumbre e inestabilidad institucional. La crisis política es una crisis de legitimidad. En abril del 1965 se produjo una crisis política previamente anunciada por el descontento, la desconfianza y las tensiones, disfunciones y contradicciones que se habían ido acumulando hasta desembocar en un conflicto abstruso, pero no hubo una crisis económica propiamente. Esta tesis explicaría el predominio durante 16 años del PLD quien estatuyó una réplica de lo que se conoce como el “Estado Benefactor o Estado de Bienestar”, modelo de organización social que contempla el compromiso del Estado para brindar servicios sociales a todos los habitantes de un país. El concepto fue acuñado al calor de la política norteamericana después de la Segunda Guerra Mundial. Ante la descomposición material y espiritual que sobrevino en Europa al concluir el conflicto bélico, hubo la necesidad de poner en práctica, políticas de asistencia social complementarias, que aliviaran la precariedad material de los pueblos, jugando el Estado a una intervención en la economía y sociedad para una mayor redistribución de la riqueza. Podría decirse que el “Plan Marshall” ideado por Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos devastados después de terminada la Segunda Guerra Mundial, tenía algunas afinidades con la idea del Estado Benefactor, pero solamente en el hecho, de que aquel plan formidable se hizo para contener básicamente la expansión del comunismo en Europa, mientras el Estado de Bienestar tenía un matiz populista muy definido en América Latina, a través de figuras caudillistas que canalizaron legítimas aspiraciones de una mayor distribución de ingresos, así como participación en la toma de decisiones, sin contar las masas con el marco operativo para instrumentar sus propios intereses. Me refiero a Perón como ejemplo por excelencia. Balaguer, admirador de Perón, copió el modelo después de la guerra de abril de 1965, distorsionado algunos objetivos. El uso de ese modelo le ha permitido al PLD la puesta en práctica de una política social relativamente exitosa, cuyo don mágico ha sido la generalización de socorro y ayudas. Ahora bien, ¿qué factor desaloja al PLD del poder, cuando no hay crisis económica visible en el país? Los votos del PRM no fueron votos solamente de la clase media, una proporción alta de votos alcanzados por Abinader proviene de los sectores más deprimidos. La lealtad de los beneficiarios de nuestra caricatura del “Estado Bienestar” fue precaria e insuficiente. De eso hablaremos en la próxima entrega.