MI TURNO
Cambio en el curso de la historia
Este domingo, los dominicanos elegiremos a nuestro primer presidente nacido después de la dictadura de Trujillo. Acudiremos a las urnas con la convicción de que el derecho al sufragio esta vez es mas deber que nunca. A pesar de todas las razones económicas, sociales y políticas que tenían decidido al pueblo a votar por un cambio, esta crisis se ha encargado de afianzarlas. Si había dudas, dudo que queden. Se ha puesto en total evidencia lo mal gobernados que hemos estado.
Luis Abinader tiene el desafío de liderar una transición hacía una administración con nuevas características, de transparencia y de eficiencia en el manejo del país, consciente de que es primordial recuperar la confianza en nuestras instituciones democráticas. Demostrar voluntad política en una verdadera lucha contra la corrupción y la impunidad, viabilizando un esfuerzo combinado entre un ministerio público independiente, un poder judicial ágil y una cámara de cuentas y contraloría eficaces.
Levantar en un corto plazo a una nación afectada por la pandemia con un déficit proyectado de 3 mil millones de dólares, dando asistencia a los ciudadanos que han perdido sus ingresos y a las empresas y comercios que han presentado severas pérdidas, para inmediatamente reactivar la economía. Una reforma tributaria que reduzca las tasas y aumente las recaudaciones. Lograr un balance positivo entre un gasto público de calidad y el endeudamiento, donde los incentivos fiscales motoricen las inversiones del sector privado y dinamicen la agropecuaria y la construcción, incluyendo el relanzamiento de los sectores industriales, de zonas francas, exportadores, y por supuesto, el turismo.
Debe cumplir con su compromiso de generar en su cuatrienio 600 mil empleos y optimizar los salarios de los trabajadores, incluyendo a los jóvenes con un 29% de desempleo. Pero también de invertir 40 mil millones de pesos anuales en una salud pública de calidad, universal y con suficientes unidades primarias. Una reestructuración de la inversión en educación, con énfasis en su calidad, en su cobertura y en la capacitación docente. Así como lograr avances concretos en materia de seguridad ciudadana, medio ambiente, uso de nuevas tecnologías, lucha contra la pobreza y desarrollo humano.
No es una tarea fácil, pero Luis Abinader cuenta con la voluntad, la formación, el carácter y una organización con aliados políticos y sociales formidables. Pero sobre todo, tiene el respaldo de un pueblo que se lo demostrará en las urnas, ávido de un gobierno que le devuelva la esperanza y la fe en un presente y un futuro más digno, justo y próspero, que cambiará el curso de la historia.