“Si yo fuera peledeísta votaría por ella…”

Carolina Santana, comunicadora social brillante, no partidista, sensible, hija de Roberto Santana, hermano desde aquellos años universitarios cuando él era presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos, líder de Fragua, y yo miembro del Comité Ejecutivo de aquel gremio estudiantil en representación del Frente Universitario Socialista Democrático, apéndice del PRD, acaba de escribir un texto bellísimo, que yo deseo compartir con los lectores de esta columna a propósito de las elecciones del 5 de julio.

Carolina es un ser especial y sensible. Sus palabras brotan del corazón y constituye un himno a la valentía y al decoro. En ella se refleja todo un conglomerado de jóvenes amantes de la libertad.

En el recinto de las luchas sociales contra la corrupción, los buenos coinciden en un momento dado, privilegian sus acuerdos y promueven sus valores. Yo creo que no solamente Carolina, aparte de los perremeístas, muchos peledeístas y miembros de la “Fuerza del Pueblo” votarán también por ella.

“Si Faride Raful estuviese postulándose por el PLD, yo votaría por ella. Si Faride Raful se postulara por La Fuerza del Pueblo, yo votaría por ella. Si Faride decidiera postularse por Alianza País, yo votaría por ella. Si fuera viable en este sistema postularse sin partidos, y Faride se postulara sin partido alguno, yo votaría por ella. Yo la seguiría, como militante de su valentía, como creyente de que a quienes van, como dice la canción, “delante de la columna, al frente/ donde ha viajado siempre la mira del fusil”, a quienes asumen riesgos por los demás, no se les deja solos.

No merecen que el otro ceda ante el miedo que quieren infundir algunos grupos e intereses, precisamente porque a eso se enfrenta por los demás.

Es la gran pregunta que me hago siempre cuando evaluó propuestas y candidatos, ¿si la valentía fuese un partido, esta persona estuviese en su boleta? Yo le voy a la valentía. Ella es una candidata de la valentía. Recuerdo aquel discurso de Faride en la Cámara de Diputados, en el que le gritaban de todo y no le dejaban terminar de hablar, y ella repetía: “No me van a distraer”. Lo vi y fui casi corriendo donde mi papá, celular en mano, y le pregunté: “¿Pa’, viste lo que le hicieron a Faride, viste lo que respondió, viste lo que pasó en el Congreso? Y cuando me dijo que no, le di el celular con el video para que lo viera. Papá, cundo no tiene sus lentes puestos, acerca mucho la cara la celular, así que yo no veía su rostro mientras él miraba el video.

Cuando terminó, alzó la cara enrojecido, los ojos llenos de lágrimas y la cara húmeda, y me miró, sin hablar por unos tres segundos extraños, y luego me dijo: “Carola, llegamos”. Y yo me eché a llorar de la emoción por su reacción. Llegamos. La gente que le vamos a la valentía sin importar partidos ni politiquerías, llegamos a la Cámara de Diputados cuando llegó Faride. Pronto llegamos al Senado”.