PENSANDO
Valores del ciudadano
La inversión en la formación de los ciudadanos no ha cambiado de décadas en décadas.
En la sociedad, el estereotipo del ciudadano probo ha abandonado los valores que debe exhibir como perfil del crecimiento ético y moral.
Nuestra educación sigue siendo un lujo y hasta una competencia tarifaria para obtener un título cargado de vanidad por su procedencia y no por su contenido cívico en valores.
Practicar el valor del “discernimiento” es completar simbólicamente un pensum; “la honestidad” no se exhibe con el ejemplo en el accionar; “la responsabilidad” se hace presa del parasitismo; “el compromiso” no se sustenta en la palabra empeñada; “la generosidad” es aliada del egoísmo en su desprendimiento; “la tolerancia” no subsiste frente a la prepotencia, y “la justicia” en el peor momento, mal retribuida en su lucha por la equidad social.
Nos preguntamos, ¿dónde fue a parar la inversión en los valores ciudadanos? Está en las manos de la impunidad que premia la abolición de los valores.
En lo adelante, la lucha y el compromiso de todos debe ser retomar el camino de los valores para una mejor sociedad