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PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Una manera cristiana de entender la sociedad

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Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.Santo Domingo

Mujeres, hom­bres, fami­lias y todo tipo de grupos se or­ganizan en comunidades más amplias para resolver las necesidades de la vi­da diaria. El quinto princi­pio de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) consiste en una manera de compren­der la sociedad.

Al organizamos en socie­dad buscamos algo que nos supera: “la amistad, el incre­mento económico, el creci­miento cultural, el desarro­llo del sentido estético…” la posibilidad de compartir re­cursos. En una sociedad rec­tamente organizada, los ciu­dadanos pasan de cruzarse en la calle a tratase como personas.

La sociedad de la DSI no se identifica con ningún tipo de organización o partido. Se fundamenta “sobre un or­den moral objetivo que pase al ordenamiento jurídico co­mo bien moral y se exprese en instituciones que lo reali­cen y defiendan”. La DSI no solo se funda en la dignidad la persona humana, sino que se esfuerza porque los dere­chos de cada persona sean protegidos en la vida públi­ca. La sociedad justa es fru­to de una búsqueda solida­ria, inteligente y libre de sus miembros. El bien común es su “justificación plena y su sentido y del que deriva su legitimidad primigenia y propia”.

La sociedad inspirada en la DSI protege el derecho de libre reunión y asociación, de expresar las propias opi­niones y de profesar privada y públicamente la religión. Garantizando los derechos de la persona se anima a los ciudadanos y sus asociacio­nes a participar activamente en la vida pública, se respe­tan los derechos de las mi­norías, la tolerancia religio­sa y la colaboración “a fin de que todos los ciudadanos, y no solamente algunos privi­legiados, puedan hacer uso efectivo de los derechos per­sonales”. Esta forma de vi­vir en sociedad vela porque la autoridad no organice lo que es de todos en bien de un partido o grupo cercano a los mismos gobernantes.

Para construir este tipo de sociedad, se hace necesario “fomentar el sentido interior de la justicia, de la benevo­lencia y del servicio al bien común y robustecer las con­vicciones fundamentales en lo que toca a la naturaleza verdadera de la comunidad política y al fin, recto ejerci­cio y límites de los poderes públicos” (Gaudium et Spes, 73). Alfonso A. Cuadron, coordinador 1993, Manual de Doctrina Social de la Igle­sia, BAC Maior, Vol 43, 117 – 119).

El autor es Profesor Asocia­do de la PUCMM

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