Reloj que marca las horas

De jovencito, nunca me atrajo el uso de prendas en mi cuerpo. Ni collares, ni pulseras, ni anillos, ni relojes, aunque el reloj tiene una función de servicio importante para los seres humanos al marcar las horas exactas. Recuerdo que si por algunas circunstancias alguien me preguntaba la hora, yo usaba la frase que estaba en boga en esa época: Me faltan treinta pesos para un Bulova.

Embarqué en el crucero Evangeline en el 1959. Íbamos con frecuencia a Kingston, Jamaica. En una ocasión mirando las vitrinas de una tienda, noté la presencia de éste reloj de oro, ovalado, marca Audemars Piguet. Era realmente una pieza extraordinaria, diferente y de gran belleza. Le pregunté el precio a la señora y ésta me dijo: el precio nuestro como tienda de zona franca es de 175 dólares, pero si usted lo compra en Nueva York le sale por unos mil dólares. Es el tipo de reloj que usan los Frank Sinatra y otros artistas, además de empresarios muy ricos.

175 dólares era mi sueldo mensual en esa época, pero al continuar viéndolo en viajes subsiguientes no pude menos que comprarlo. Vino con una pulsera de piel de suede por lo que posteriormente decidí comprarle una pulsera de oro en Miami. Para darle mantenimiento a través de los años aprovechaba mis viajes a Nueva York para llevarlo a las oficinas de Audemars Piguet que se ocupaban de hacerlo ahí mismo o enviarlo a Suiza para el servicio.

Compré el reloj en el 1960 y lo estuve usando durante muchos años hasta que finalmente se lo regalé a mi hijo Carlos. Pude constatar que realmente era un reloj de colección. Sigo sin usar ninguna prenda en mi cuerpo.v