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COLABORACIÓN

¡Si se hunde el barco, nos hundimos todos!

En una ocasión un barco comenzó a naufragar. El capital dio instrucciones para comenzar a sacar el agua que comenzaba a llegar a cubierta, y así mantener la nave a flote.

El capitán creyéndose superior a los demás, se subió en el palo más alto de barco, siguió dando instrucciones sin colaborar, y comenzó a burlarse, pensando que los demás morirían y el no. Al final cuando el barco se hundía totalmente, también el capitán naufragaba. Si el barco se hundía, se hundían todos.

Una deficiencia empresarial que he conocido a lo largo de mi ejercicio como consultor gerencial se relaciona con el clima organizacional y con la dificultad que se tiene de lograr que el personal labore como el dueño del negocio. Por eso sigue siendo un reto, además de aprender a aprender. Para descubrir el arte de hacerse y mantenerse competentes.

Otra debilidad se relaciona con no ejercer adecuados estilos de liderazgo acompañado de los criterios de honorabilidad y gobernanza, que permitan a la gente hacer equipo, adueñarse de los procesos y los servicios. Hacer lo correcto correctamente.

Cuando esto sucede el interés por la calidad pasa de lo sistémico a lo personal, donde nos encontramos con temas mucho más profundos y que colindan con aspectos vocacionales, interés personal en el servicio, para la organización: que aprende, se transforma, se adapta, crece y sobrevive, a la vez que crea riquezas para sus grupos de interés.

Si al problema del conocimiento y la calidad le sumamos el ambiente tóxico de trabajo, entonces lograr la colaboración voluntaria y a gusto de la gente se vuelve más cuesta arriba.

Una amenaza que puede intensificarse y erosionar muchos de nuestros negocios y nos exige una respuesta rápida y de responsabilidad social, es el denominado coronavirus. Este virus tiene la tendencia de estar a escala mundial y se contagia muy fácilmente. Son miles las personas que se encuentran en cuarentena en muchos lugares del planeta. República Dominicana no escapa de esta realidad.

Para ello necesitamos contar con la colaboración del personal en nuestras empresas.

No es tan solo los protocolos que podrían existir para garantizar la salud en los lugares públicos a sus visitantes. Sino la protección efectiva del trabajador y del ambiente laboral y sus clientes.

Aquí lo que más importa es que las medidas preventivas se tomen y todo el mundo colabore. El liderazgo empresarial debe asumir el rol de establecer las políticas para que su personal reciba: educación y conocer las medidas preventivas. Así prevenir el absentismo laboral, tener menores riesgos laborales, más salud en el equipo y en sus familias y una mejor atención a la clientela.

Si no somos proactivos y el virus avanzara, mucha gente tendría miedo de estar en lugares públicos y con esto perdemos todos. Por eso si se hunde el barco, nos hundimos todos!

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