El factor Margarita

No era políticamente inteligente que el PLD no incluyera en su boleta a la dirigente con más alto índice de favorabilidad. El concepto no estuvo muy claro, pero cuando se publicó lució excelente. Además, si se hablaba con la calle, la situación de gobierno, partido y candidatura era de vida o muerte. Justo que se valiera de su mejor carta en término personal.

La escogencia y proclamación de Margarita Cedeño como compañera de fórmula de Gonzalo Castillo por lo menos replantea el panorama electoral.

Si no le suma, detiene la caída que a juicio de sus oponentes era precipitada. Nada es tanto, todo es mucho, y dependerá de si se confía en la encuesta o en la votación.

En la última medición de Luis Abinader supera el 50 %, y no porque haya dicho o hecho nada nuevo o diferente, sino que se beneficia de la suspensión de las municipales del pasado 16.

La percepción fue y es de que el gobierno intervino en la Junta Central Electoral, o de que el organismo se prestó al juego del oficialismo.

La defensa del partido no fue la más oportuna, o no satisfizo a una población descreída; y si del cielo caen los clavos, el Cristo debe ser crucificado. Entonces se impone que al sepulcro vaya María Magdalena.

La asamblea del PLD del pasado lunes era para orientar electoralmente a sus dirigentes, y no se tenía otra expectativa que no fuera repetir o remachar el discurso conocido.

El candidato por tanto sorprendió al hacer el anuncio de que ya había seleccionado vicepresidenta, de que la papeleta electoral estaba completa.

La reunión no solo dio un giro, sino que levantó el ánimo, provocó entusiasmo y, aunque no se conocen los planes inmediatos de campaña, acrecentó el fervor.

En estos días se lleva a cabo trabajo de campo y se entiende que ya el lunes se tendrán nuevos números, incluido el efecto del factor Margarita.

Ahora se sabrá que significa la bendita favorabilidad y si se pueden deshacer las cuentas, y empezar de nuevo como empate en el noveno inning.