CONTANDO LOS HECHOS

Bibliotecas, bibliotecas, bibliotecas

Como resultado del gran impacto que han tenido las redes sociales a través del internet hay quienes predicen la desaparición del libro físico; que solo leeremos a través de las pantallas.

Por ende, podría parecer un contrasentido que se proponga la instalación de una gran red de bibliotecas de libros físicos que puedan ser consultados en las mismas bibliotecas, o través de un programa de préstamos que funcione de manera efectiva.

Una de las Primacías de América que nunca se menciona es la de haber establecido alrededor del 1540 la primera biblioteca del nuevo continente en la casa de Gonzalo Fernández de Oviedo, también conocida en años recientes como la Fortaleza Ozama. Se presume que con la puesta en operación de la Primera Universidad del Nuevo Mundo en 1538, consecuentemente se estableciera una biblioteca en la misma. En Santiago se reconoce desde el siglo antepasado la existencia de la biblioteca del Ateneo “Amantes de la Luz”. Recuerdo de niño que el dictador Trujillo estableció una red de bibliotecas al menos en la ciudad capital.

Muchos recordaran que el Dr. José Francisco Peña Gómez en su función de Alcalde en la ciudad de Santo Domingo, también puso en operación una serie de bibliotecas. Con el tiempo, sino se le pone atención y cuidado, como todo, estas instituciones tienden a desaparecer, como exactamente ha ocurrido.

Siempre se señala, que el activo más importante que tiene un país es su gente. La historia nos muestra que los países que se desarrollan y avanzan lo logran a través de la buena educación, que generalmente nos llega a través del seno familiar, los profesores de la escuela y los libros. Dijo John Adams, segundo presidente de USA “una vez descubrí los libros, leí por siempre”.

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